El tripartito exhibe cohesión ante el inicio de las negociaciones PSOE-CiU
Montilla asegura que no habrá elecciones anticipadas en Cataluña
¿Quién dijo crisis? Los partidos que apoyan al Gobierno catalán, con el presidente de la Generalitat, José Montilla, en cabeza, exhibieron ayer altas dosis de cohesión interna para convencer a propios y extraños de que la crisis interna de Esquerra Republicana no perjudicará al tripartito. El presidente de la Generalitat aseguró que tiene "garantías" de que ERC no dejará hundir de nuevo el Gobierno catalán. Este mensaje de estabilidad es el mismo que Montilla llevará mañana al comité federal del PSOE, donde, como primer secretario del PSC, defenderá la vital aportación de los socialistas catalanes a la victoria de José Luis Rodríguez Zapatero.
Corbacho defiende que el Ministerio de Fomento quede en manos catalanas
Lo último que quiere el PSC es que los sectores del PSOE que cuestionan el mérito de los socialistas catalanes en las elecciones del pasado domingo puedan utilizar como coartada las señales de inestabilidad del Ejecutivo catalán. De ahí que Montilla se guardara mucho ayer de utilizar la palabra crisis en su intervención en el Parlament, en la que explicó la abrupta salida del Gobierno del republicano Joan Puigcercós. "El Gobierno está hoy más cohesionado", dijo.
El presidente aseguró que todos los partidos que apoyan el Gobierno mantienen la hoja de ruta prevista y que, por tanto, no hay motivo para pensar en elecciones anticipadas. "La estabilidad que ha presidido el Gobierno desde las elecciones sigue inalterable", sostuvo el presidente. La diputada de Esquerra Republicana Patrícia Gomà lo corroboró: "Hay estabilidad en el Gobierno y la habrá. En Esquerra somos gente de palabra y cumplimos los pactos". Lluís Postigo, de Iniciativa, se sumó al concierto coral.
El tripartito, sobre todo el PSC, prefiere fijarse en las muestras de inestabilidad de Convergència i Unió. Montilla insistió en ello justo cuando empiezan los primeros contactos entre dirigentes del PSOE y de Convergència i Unió con vistas a la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero. "En el Gobierno no hay crisis, la crisis la tienen ustedes", le espetó Montilla al presidente de CiU, Artur Mas.
El PSC no aspira a bloquear un acuerdo entre el PSOE y CiU, pero sí quiere garantías de que el Gobierno catalán, sus acuerdos y sus mayorías quedarán resguardados. De ahí que los socialistas catalanes anden estos días haciendo complicados equilibrios. Mientras Montilla hurgaba ayer en las contradicciones internas de CiU, el diputado Joan Ferran alababa en un comunicado la "serenidad" de Josep Antoni Duran Lleida.
Pero algunos miembros del PSOE se resisten a ver las cosas como los socialistas catalanes y abogan por acuerdos estables con CiU. Es el caso de Joaquín Leguina, ex presidente madrileño y hasta ahora diputado del PSOE, quien ayer arremetió contra el PSC en su diario en Internet. Leguina lamentó que el PSC busque el "aislamiento" de CiU y dijo que el actual discurso del PSC es "poco tranquilizador" por su insistencia en " la autonomía local del PSC sobre el PSOE".
El PSC restó ayer toda relevancia a estas palabras. "Nuestra fuerza son los votos del pasado domingo", añadieron otras fuentes. Algunos ya piensan en ministerios. El alcalde de L'Hospitalet, Celestino Corbacho, dijo que sería bueno que Fomento quedara en manos catalanas.
Cunillera, a la mesa del Congreso
Los socialistas han pensado en Teresa Cunillera, cabeza de lista del PSC por Lleida y veterana diputada, para ocupar una de las vicepresidencias del Congreso, previsiblemente la primera, en la próxima legislatura. Cunillera fue en el anterior mandato portavoz adjunta en la Cámara Baja, formando tándem con Diego López Garrido.
Aunque no está confirmada la composición de la mesa, José Bono ocupará la presidencia, en cumplimiento del compromiso adquirido por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Con el nombramiento de Cunillera se despeja el camino para que los socialistas catalanes voten a Bono, sobre quien expresaron públicamente sus dudas durante la campaña electoral. Si bien en un principio el PSC sopesó exigir a cambio la presidencia del Senado (Isidre Molas era un firme candidato), al final el socialista vasco Javier Rojo repetirá, con toda seguridad, en el cargo.
Carme Chacón ya ocupó la vicepresidencia primera de la Cámara Baja hasta que fue nombrada ministra de Vivienda. El PSC, por tanto, mantendría en sus manos este cargo.
Convergència i Unió podría reclamar la otra vicepresidencia, como en la pasada legislatura, a cambio de apoyar con sus votos a José Bono. Con esta decisión, los nacionalistas darían marcha atrás al acuerdo adoptado con sus socios de Galeuscat (PNV y BNG) para presentar un candidato alternativo a la presidencia de la Cámara Baja.
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