Israel y Hamás persiguen una tregua con mediación egipcia
La desea la inmensa mayoría de los palestinos, la persigue y le urge a Hamás, le vendría bien como un respiro al primer ministro israelí, Ehud Olmert, acosado por la ultraderecha por cada cohete que lanzan las milicias, y la ansía el presidente Simón Peres, que quiere erigirse en protagonista de las celebraciones del 60º aniversario de la fundación del Estado judío, a comienzos de mayo. Los tenaces mediadores egipcios, siempre interesados en la calma en la frontera con Gaza, tratan de forzar una tregua entre Israel y el movimiento islamista.
Mientras las negociaciones entre Israel y el mandatario palestino, Mahmud Abbas, languidecen a golpe de ampliación de colonias en Cisjordania, las declaraciones de los líderes políticos sobre un alto el fuego se repiten a diario. Olmert lo niega. La posición oficial es que "Israel no negocia con terroristas".
Ismail Haniya, jefe del Gobierno en Gaza, planteó ayer sus exigencias para un alto el fuego "recíproco y simultáneo". La apertura de los cruces fronterizos que ahogan Gaza y el cese de los ataques y las redadas israelíes tanto en la franja como en Cisjordania. Ésta es la condición más difícil de aceptar para Israel, cuyo Ejército detiene a diario a decenas de hombres y mata con frecuencia a milicianos (seis, ayer) en Cisjordania.