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Reportaje:

Las monjas dejan paso a sus señorías

El Senado compra por 34 millones y con la venia del Vaticano el convento de las Reparadoras

"Claro que nos da pena. Nos tenemos que repartir todas", musita una de las religiosas que todavía viven y oran en el convento de las Reparadoras. Ya sólo quedan 10. Poco a poco, desde que la congregación decidió vender el palacete hace dos años, las hermanas han ido abandonando el número 12 de la calle de Torija. Entonces eran 35 y alojaban a otra treintena de estudiantes universitarias. "Esto había estado tan animado...", suspira. Tras más de un siglo como sede de la orden, el edificio va a convertirse en la ampliación del Senado. Patrimonio del Estado ha pagado por él 34 millones de euros.

La Cámara alta llevaba años buscando un edificio que paliara su necesidad de espacio. "No todos los senadores tienen despacho propio, algunos comparten. Además, la secretaría general necesita más sitio para archivo y para ubicar a personal nuevo", comenta una portavoz del Senado. El nuevo edificio, para el que todavía no hay proyecto de remodelación, también dará cobertura a las conferencias de presidentes. Ahora es necesario dejar despachos libres para ubicar al personal de las comunidades autónomas.

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Mudanza en el convento

Las religiosas tienen de plazo hasta el verano para dejar su hogar, pero se irán antes de primavera, el 25 de este mes. "El momento de tomar la decisión fue muy fuerte, sobre todo para las hermanas que han vivido toda la historia del convento. Costó mucho asumirlo", confiesa la superiora, María Amor. La mayoría no se moverá de Madrid. La congregación ha comprado dos casas en el barrio de Peñagrande y las ha acondicionado para acoger a nueve de ellas. La décima se mudará a Segovia.

El convento de la calle de Torija se les había quedado enorme para estos tiempos de vocaciones escasas. Tiene 70 habitaciones, además de varias salas. "Para una casa tan grande y con tantos espacios ya no había fuerzas", afirma la superiora.

La operación de compraventa ha necesitado el visto bueno del Vaticano. Al tratarse de una cantidad tan elevada, el Código de Derecho Canónico obliga a pedir permiso a la Santa Sede, explican fuentes del arzobispado de Madrid. El Senado compra todo el edificio, un caserón del siglo XVIII de ladrillo y piedra de cantería. Eso incluye el convento, pero también la iglesia de María Reparadora, que será necesario desacralizar para darle un uso diferente al culto.

Cáritas también tendrá que abandonar el local que le cedió la congregación de las Reparadoras. Se trata de un dormitorio para personas sin hogar de 40 plazas, con entrada desde la plaza de la Marina Española. "De momento, aquí seguimos. Pero estamos mirando locales por la zona. Tenemos el mismo plazo para irnos que las religiosas", asegura un portavoz de Cáritas.

Ésta será la segunda ampliación del Senado. En 1991 se inauguró el edificio moderno, que alberga el hemiciclo. Sus 19.800 metros cuadrados se sumaron a los 15.400 del palacio del siglo XVI que ha sido la sede de la Cámara alta desde 1834. Está previsto que la remodelación del convento empiece el año que viene, una vez se haya convocado el concurso público del proyecto de obras.

"Lo ideal sería que los edificios estuvieran conectados", señalan en el Senado. No será fácil porque no son contiguos. Entre el túnel y la pasarela elevada, la opción más factible es la primera, avanzan. Sería la misma solución que ya se adoptó cuando, en el año 2002, el Congreso de los Diputados compró dos edificios en la Carrera de San Jerónimo para ampliar sus dependencias.

La Cámara alta había tanteado la adquisición del contiguo Instituto de Estudios Constitucionales, pero finalmente, tras una negociación de casi cuatro años, se decidió por el convento, situado varios metros más allá, pasada la calle del Reloj.

El edificio por el que sus señorías pasearán sus maletines y cartapacios tiene un pasado un tanto lúgubre. No hace demasiados decenios, la inscripción "Exurge Domine et judica causam tuam (Álzate Dios y juzga tu causa)" presidía la entrada. Era el lema inquisitorial. El arquitecto Ventura Rodríguez construyó el edificio en 1735 para que albergara al Consejo de la Suprema y General Inquisición. Una vez abolida, en 1834, se convirtió en sede del Ministerio de Fomento. Después fue un hotel y más tarde una imprenta, hasta que en 1897 pasó a manos de la congregación de las Reparadoras.

Fachada del convento de las Reparadoras en la calle de Torija.
Fachada del convento de las Reparadoras en la calle de Torija.JOSÉ S. GUTIÉRREZ

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