Protos sale de las cuevas
Invierte 30 millones en nueva bodega para mantener calidad sin aumentar producción
Dicen que el agua aclara las ideas. Pero Protos fue el vino elegido por la Nunciatura semanas pasadas para la cena de conciliación o simplemente para dejar las cosas claras en las relaciones entre el Gobierno socialista y los representantes del Vaticano en España. No eligieron mal. Y aunque se ha producido el relevo en la Nunciatura, se mantiene la afición por los vinos del Duero.
Dentro del amplio abanico de bodegas, Protos, con más de 80 años de vida, es una de las más arraigadas en el sector, tanto por su edad como por su asociación con una imagen de calidad que se trata de mantener en el futuro. Está constituida como una sociedad anónima, con la salvedad de que su propiedad se distribuye entre 273 pequeños y medianos accionistas, en su mayor parte viticultores de la zona.
Protos factura 18 millones de euros, de los que el 20% corresponde a la venta en el exterior, donde destacan EE UU, el Caribe y Europa del norte
La bodega dispone de 100 hectáreas propias y otras 600 de los socios viticultores para producir cuatro millones de kilos de uva
Aunque cuenta con bodegas en Anguix, en la provincia de Burgos y en La Seca, en la misma provincia de Valladolid, tiene sus raíces en las entrañas de la montaña donde se levanta el castillo de Peñafiel y donde además han apostado por mantener su cuartel de operaciones. La vieja y todavía actual bodega de Protos supone una estructura de más de dos kilómetros de galerías.
La actual bodega se va a mantener en el futuro. Pero, sin abandonar la zona, se apuran los últimos toques para la finalización de una nueva con una inversión de más de 30 millones de euros diseñada por el arquitecto Richard Rogers. Frente a las bodegas cuevas donde domina la oscuridad, se ha diseñado una bodega totalmente abierta a la luz, pero con la que no se quieren romper los esquemas de calidad del pasado.
"Hemos hecho un gran esfuerzo para la puesta en marcha de esta nueva bodega con un concepto moderno en el diseño, para poder trabajar mejor que en las viejas instalaciones, pero tenemos clara una cosa, no se trata de una inversión para producir mucho más, sino para mantener nuestra política con un mayor desahogo porque la bodega actual se nos ha quedado pequeña", señala el presidente, Miguel Ángel Carrascal.
Desde la perspectiva de la producción, la bodega opera con unos cuatro millones de kilos, con un volumen anual de tres millones de botellas y unas 9.000 barricas y una facturación de 18 millones de euros. Con la ampliación de las instalaciones, el grupo Protos contempla incrementar el volumen de uva a transformar sólo en unos 600.000 kilos.
Viñedos propios y viejos
En la actualidad, el grupo dispone de algo más de 100 hectáreas de viñedos propios, junto a otras 600 hectáreas propiedad de los socios sobre las que desde la propia bodega se desarrolla un sistema de trazabilidad (control desde la producción hasta su entrega en bodega) para lograr la máxima calidad y que además sea un producto uniforme. Una parte de las necesidades de uva de la bodega se compra, además, a viticultores ya proveedores tradicionales cuyas cepas y prácticas culturales son igualmente objeto de seguimiento. El presidente, Miguel Ángel Carrascal, es un convencido de que las cosas en el vino se deben hacer siempre bien, que no hay que bajar nunca la guardia en la viña y en la bodega, pero reconoce también que en el mundo del vino, en algunos casos y desde algunas bodegas, se tratan de airear toques de exquisitez en la elaboración que tienen más de simple marketing que de realidad.
Con vistas al futuro, los responsables del grupo pretenden que las nuevas necesidades de uva se obtengan en parte en sus propias plantaciones y el resto a viticultores de la Denominación de Origen donde haya un claro predominio de viñedos viejos, como sucede en la zona de la Ribera del Duero en Burgos. La bodega mantiene su estrategia de limitar las producciones por hectárea a unos 5.000 kilos de uva, frente a los más de 7.000 kilos que tiene asignados el Consejo Regulador. Protos, tras las diferentes experiencias que se han hecho en la zona, mantiene igualmente su apuesta por la variedad tempranillo.
De la producción de vinos, aproximadamente el 45% corresponde a los vinos jóvenes, un 30% a los vinos de crianza y el resto a vinos de reserva y grandes reservas. Frente al crecimiento de la demanda de los vinos jóvenes y de crianza, se reconoce el estancamiento de los vinos reserva y sobre todo de los grandes reservas, donde el grupo mantiene su apuesta. Según los datos manejados por el grupo Protos, los grandes reservas siguen siendo el buque insignia de la bodega en el mundo.
Protos comercializa el 20% de su producción en el exterior, especialmente en la zona sur de Estados Unidos, México, países de Centroamérica y el Caribe, incluida Cuba. Los países de la Europa del norte son los principales clientes de la bodega.
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