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Apuntes

Solo el 10% de los alumnos buscan mejoras laborales con el doctorado

La mayoría de los nuevos doctores gana menos de 1.800 euros al mes

Ignacio Zafra

El doctorado tiene un escaso perfil profesional. La suma de quienes lo estudian para promocionarse en el empleo (un 4,8%) y para abrirse nuevas salidas profesionales (también el 4,8%) es inferior al de quienes solo buscan en él una forma de "realización personal" (13%).

La aparición del máster ha causado una escasez de alumnos

El doctorado se hace en un 25,1% de los casos para empezar a investigar, y en un 24,4% como un complemento a la formación. Y nada menos que el 9,6% marca la muy genérica casilla de que sienten "interés por el tema". Un estudio del Observatorio de Inserción Profesional de la Universitat de València revela, además, que más de la mitad de los encuestados (1.349 personas que obtuvieron el título de doctor entre 2002 y 2006) ganan menos de 1.800 euros al mes.

Los doctores de ciencias experimentales ocupan el último escalón salarial: el 18,3% gana menos de 1.200 euros; el 52,7%, entre 1.200 y 1.800, y solo el 29% tiene ingresos superiores. Algo mejor se encuentran, por este orden, los del área ciencias sociales y jurídicas, los de enseñanzas técnicas y los de humanidades. Los mejor pagados son, con diferencia, los de ciencias de la salud: un 66,7% percibe más de 1.801 euros, y solo un 8,1%, menos de 1.200.

El informe no ofrece una comparativa con los licenciados. Pero el premio salarial de los doctores parece pobre teniendo en cuenta que terminar el doctorado cuesta una media de seis años y medio (más que la carrera). Y que en el caso de los más lentos, los alumnos de ciencias sociales y jurídicas, el promedio se eleva hasta los siete años y medio.

No lo dice la encuesta, pero el doctorado se halla en crisis. La adaptación del sistema universitario al Espacio Europeo de Educación Superior lo ha sumido en una fase de redefinición, agravada, señalan algunos gestores universitarios, por la extraña forma de ponerla en marcha. El Gobierno empezó la adaptación a Europa por arriba: creando un nuevo título, el máster oficial, diseñado para quien quiera continuar los estudios de grado (la titulación que sustituirá a las diplomaturas y las licenciaturas, todavía no implantada). El doctorado ha sobrevivido, pero compartiendo el espacio de los posgrados con los másteres oficiales.

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Puesto que el título de grado no existe, la clientela del máster es la de los licenciados y diplomados, lo que ha provocado una fragmentación (y un considerable despiste) en la demanda: salvo excepciones, tanto uno como otro matriculan ahora pocos alumnos.

La nueva arquitectura académica reforzará lo que ya indica la encuesta del observatorio de la Universitat: el doctorado será el camino que tomarán los universitarios que quieran profundizar o dedicarse a la investigación, mientras que los másteres tendrán un perfil orientado al mundo laboral.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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