El PNV plantea un acuerdo "sin vetos"

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, anticipó ayer la postura que trasladará su partido al nuevo presidente del Gobierno español si precisa de sus votos en el Congreso. Dirigiéndose a Rodríguez Zapatero como "virtual ganador", Urkullu subrayó que es posible establecer "un gran gran acuerdo sin vetos, chantajes, sin ventajismos" sobre la "ampliación del autogobierno" de Euskadi. A la hora de hacer este ofrecimiento, el líder del PNV evitó los términos más esquinados de la hoja de ruta diseñada por el lehendakari Ibarretxe e invitó al futuro presidente del Gobierno a negociar "la ampliación del autogobierno, sin más limite que nuestra voluntad y nuestra capacidad de pacto".

Urkullu, que participó en una reunión con cargos públicos de su partido, acompañado de Ibarretxe y de los candidatos alaveses, invocó el papel desempeñado por el PNV en la consecución del autogobierno y propuso conseguir un acuerdo que solucione el conflicto político de fondo. Un compromiso, destacó, que no puede dejarse al albur de la actitud de ETA, pero tampoco de "que nos hagan concesiones a golpes de investidura". "El acuerdo político que este país necesita es algo muy serio como para ventilarlo en función de los apuros de un candidato a presidente que no tiene mayoría", insistió, al tiempo que abogaba por alcanzarlo sin vetos de una parte, ni chantajes de otra.

Se esforzó el presidente del PNV por activar el voto nacionalista, porque es, dijo, el único partido que puede forzar al Gobierno español a abordar ese pacto. La abstención, añadió apelando al voto útil de la izquierda abertzale, "sólo beneficia a PSOE y PP". En el mismo acto, Ibarretxe volvió a sacar a colación su propuesta de consulta y manifestó su convencimiento de que este año "decidiremos entre todos el futuro de este país para los próximos veinte años".

El PNV, recalcó el lehendakari, es el único partido que ofrece un proyecto de "transformación" y se compromete a dar al pueblo vasco "bienestar, paz y derecho a decidir", aspectos en torno a los cuales "se va a articular la política los próximos díez años". Por el contrario, los debates entre Zapatero y Rajoy habrían permitido comprobar que los líderes del PSOE y PP "tienen muy pocas ideas para España, pero ninguna para Euskadi".