Una discusión sin acuerdo posible

Las inversiones de la Administración central en Euskadi resultan un elemento fácil para el combate político. En todas las elecciones generales, el PNV reprocha al Gobierno de turno, esté en manos de quien esté, que el esfuerzo inversor del Estado en la comunidad autónoma resulta escaso. También supone un argumento de discusión cada vez que se acerca la negociación de los Presupuestos Generales. La dificultad estriba en saber cuál sería la cifra "suficiente", por seguir la terminología del PNV. Los nacionalistas vienen reivindicando un porcentaje de inversión más cercano al 6,24% de los presupuestos, ratio que no es otra que el índice con el que se calcula el Cupo, en función del peso de la economía vasca en el conjunto de España.

El porcentaje de gasto en la comunidad se aproxima al 1%

Las obras de la 'Y' ferroviaria han hecho aumentar las inversiones

La inversión actual ronda el 1%, aunque según a quién se consulte será un poco más o un poco menos. Para las formaciones nacionalistas resulta insuficiente, aunque es el porcentaje de inversión que el PNV ha respaldado con su voto a los dos últimos presupuestos del Ejecutivo socialista. Para defenderse de las críticas nacionalistas, la Delegación del Gobierno en Euskadi presenta siempre de forma pormenorizada, gobierne también quien gobierne, las partidas de las cuentas generales que se gastan directamente en Euskadi.

Es imposible pensar que la comunidad autónoma debiese recibir en inversiones el 6,24% del total. En ese juego hay que considerar las competencias asumidas y que el País Vasco sólo paga al Estado el Cupo por las no asumidas. Tampoco ello significa que el porcentaje deba quedarse en el actual. Al final, todo dependerá de las circunstancias globales de España y de la negociación política. Desde el Gobierno central se asegura, antes y ahora, que las inversiones, cada vez mayores, suponen un elemento de articulación del país y que debe evaluarse la necesidad de equilibrar el territorio. Los nacionalistas siempre han considerado, por contra, que existe una especie de maltrato histórico.

La legislatura que acaba de cerrarse y la que comenzará tras el 9-M están marcadas por una inversión singular: la Y ferroviaria. La construcción de la red de alta velocidad supondrá un enorme esfuerzo de gasto de las arcas públicas, esfuerzo que no se aprecia en otras partidas, como carreteras, que son de competencia foral. La particularidad de esta inversión es que el dinero para pagar las obras se incluye en los presupuestos vascos, pero luego se descontará a través del Cupo para que la obra sea costeada por las arcas del Estado.

Los presupuestos de la comunidad autónoma ya incluyeron el año pasado por vez primera una partida reembolsable a través del Cupo, cifrada esa vez en 253 millones, para el AVE vasco. El Gobierno de Juan José Ibarretxe firmó con la Administración central un acuerdo de encomienda de gestión por el que asume la ejecución de las obras del ramal guipuzcoano de la Y, pero no la financiación final. Los presupuestos de la comunidad autónoma del presente ejercicio elevan esa partida hasta los 533 millones de euros, que el tripartito adelanta ahora y se descontarán también más adelante del Cupo.

En cualquier caso, la cifra de gasto en Euskadi crece año a año. Los presupuestos del Estado prevén destinar este año 497 millones de euros al País Vasco, un incremento del 4% con respecto a 2007. El monto de inversión supera en 167 millones de euros a los presupuestos de 2004, los últimos que hizo el PP. La principal partida es, en este ejercicio, como lo será en los próximos, la alta velocidad, con 223 millones de euros.