Tras las huellas de Banksy
Hace dos semanas, en una subasta londinense, alguien pagó más de 300.000 euros por el mural de un grafitero en el que unos monos con un cartel al cuello se ríen de los tontos seres humanos; días antes, alguien había pujado en Internet con 270.000 euros por un dibujo estampado por las buenas en una pared de Londres.