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La aviación israelí mata a cinco niños en Gaza

Hamás amplía el alcance de sus cohetes contra Israel

"La respuesta será especialmente dura", afirmó ayer por la mañana el primer ministro israelí, Ehud Olmert. Y lo fue. Jugaban al fútbol cinco niños entre 10 y 15 años, tres de ellos de la misma familia -en Beit Lahia, en el norte de Gaza-, cuando recibieron el impacto de un misil. Murieron todos. Como fallecieron la víspera otros tres menores y un bebé de seis meses. Ocho milicianos, la mayoría islamistas, y tres civiles también fueron aniquilados en la franja y en Cisjordania, y la aviación redujo a escombros un centro médico y una comisaría en la ciudad de Gaza. Tras la muerte, el miércoles, de un hombre en Sderot víctima de un cohete kassam, la venganza israelí fue tan brutal como novedosa la respuesta de Hamás. Una nueva ciudad de Israel está en la mirilla.

"Están matando a más civiles y niños de lo habitual", dice el portavoz de Hamás

El movimiento islamista lanzó ocho cohetes contra Ashkelón, a 12 kilómetros de Gaza. No hubo heridos ni daños relevantes. Pero los habitantes experimentaban por primera vez, boquiabiertos, lo que supone una andanada de proyectiles. Así demostró Hamás que ha logrado ampliar el radio de acción de sus imprecisos cohetes, colocando en el punto de mira a 120.000 personas, que se suman a las 30.000 que viven en Sderot y en las comunidades cercanas a Gaza.

Es la enésima escalada de la guerra, ahora en uno de sus picos, entre el potente Ejército hebreo y unas milicias que poco tienen que perder, y que no se dejarán disuadir fácilmente por la enorme superioridad militar del enemigo. No había más que escuchar al dirigente de Hamás Jalil al Haya en la morgue del hospital Shifa, tras haber perdido ayer a uno de sus hijos: "Doy gracias a Dios por este regalo. Éste es el décimo miembro de mi familia que recibe el honor del martirio". Siete de ellos perdieron la vida en mayo de 2007 en el bombardeo de su vivienda.

Ihab el Gosein, portavoz de Hamás, comentaba a mediodía a este diario: "Están matando a muchos más civiles y niños de lo que es habitual. Es verdad que desde aquí se disparan cohetes, pero no desde Cisjordania, y los israelíes también matan allí a gente todos los días. No necesitan ninguna excusa". La ONG israelí Betselem ofrecía cifras esclarecedoras: de los 150 palestinos muertos en 2008, 46 son personas ajenas a las batallas, 15 de ellas niños.

El Gosein marchó a su próxima cita. Caminando. Los taxistas tienen pánico a recoger a un cliente que pueda ser objetivo militar. El Gosein lo es, como todos los líderes de Hamás, que no duermen en sus casas estos días. La actividad militar israelí fue incesante en Gaza. El zumbido de los aviones no tripulados y los estallidos de los misiles se escuchaban con frecuencia, aunque los proyectiles impactaran a kilómetros de distancia. Ayer, la tarde fue especialmente cruenta: el bombazo a 100 metros de la casa del primer ministro Ismail Haniya sólo fue el penúltimo mensaje.

Un joven salta sobre neumáticos incendiados cerca de Nablús.
Un joven salta sobre neumáticos incendiados cerca de Nablús.REUTERS

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