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Un brote mortal de fiebre amarilla agita Suramérica tras causar 25 muertos

Jorge Marirrodriga

Un violento brote de fiebre amarilla ha puesto en alerta máxima a los sistemas sanitarios de Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil ante el temor de que la enfermedad, que en este último país presenta una mortalidad del 52%, se extienda rápidamente. Hasta el momento la fiebre amarilla se ha cobrado oficialmente 17 vidas en Brasil y 8 en Paraguay.

Los Gobiernos están trabajando a toda velocidad. Un millón de personas ha recibido vacunación en Paraguay durante los últimos 20 días y el Gobierno de Asunción ha comprado además otros dos millones de dosis a Francia. Por su parte, Argentina ha comenzado la vacunación masiva de sus ciudadanos en las zonas del país limítrofes con Paraguay y Brasil, lugares a los que ha enviado 400.000 dosis durante el pasado fin de semana. En Buenos Aires cinco grandes hospitales fueron autorizados ayer a repartir el antídoto sin restricciones y se formaron grandes colas de ciudadanos para ser inoculados.

El temor a un contagio ha tenido ya la primera consecuencia visible en la economía regional con la cancelación del 30% de las reservas hoteleras en la zona de las cataratas de Iguazú, situada en la llamada Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. Por su parte Bolivia ha decretado una alerta roja sanitaria. En todos los países de la zona las autoridades aseguran haber tomado las medidas necesarias. Para ellas, el mayor peligro de contagio en estos momentos no es el de la enfermedad, sino el de la psicosis colectiva.

Algunos expertos denuncian que la expansión de la fiebre amarilla, detectada hace un mes, se ha visto acelerada por el incendio indiscriminado de montes en Brasil para utilizar el terreno con fines agrícolas. La desaparición de estos bosques ha forzado a especies propagadoras de la enfermedad, como los monos, a salir de los lugares en que habitualmente se encontraban.

El otro vector de transmisión de la fiebre amarilla es el mosquito Aedes aegypti, que hace unos meses protagonizó una epidemia regional, esta vez de dengue y con foco en Paraguay.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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