Comer bien por 20 euros
EMBAT, tres jóvenes profesionales que convencen con sus propuestas en Barcelona
Acaso alguien pone en duda que se puede comer bien a la carta por una cantidad de dinero moderada? ¿Existen en España restaurantes de cocina refinada donde después de sumar el precio de cualquiera de sus entrantes, más algún plato principal, un postre y una copa de vino, las facturas rara vez sobrepasan los 20 euros, incluidos impuestos?
El desafío lo acaban de asumir en Barcelona tres jóvenes profesionales -Fidel Puig (cocina salada), Santi Rebés (dulces) y Cristina Torras (sala)-, formados junto al pastelero Jordi Butrón en la escuela Espai Sucre, que el pasado mes de noviembre abrían Embat, un local en la zona de l'Eixample.
Primeras apariencias
EMBAT
5,5.- Mallorca, 304. Barcelona. Teléfono 934 58 08 55. Cierra los domingos. Precio medio: al mediodía, alrededor de 20 euros por persona; por la noche, entre 40 y 45 euros por persona. Menú degustación (sólo noches), 38 euros (con platos de la carta de noche). Canelones de pato trufados, 11 euros. Arroz con alcachofas y chipirones, 15,95 euros. Lomo de cordero con requesón y berenjena, 17 euros. Sopa cítrica a la albahaca, 5,90 euros.
Pan ... 6,5
Café ... 4
Bodega ... 4
Ambiente ... 5
Aseos ... 5,5
Servicio ... 6
Restaurante inaparente, adecentado de forma sencilla, donde la calidad de sus platos es muy superior a lo que dejan entrever las primeras apariencias. ¿De qué modelo de negocio se trata? ¿Nos encontramos ante un caso más de esa corriente bistronómica (bistrot + gastronomía), término acuñado por el francés Sebastián Demorand hace años? ¿Estamos ante un restaurante surgido en tiempos de crisis con precios insostenibles a medio plazo? Nada de eso.
Ni parece un local de vida efímera, ni tampoco importa la etiqueta que se le ponga. De lunes a viernes en su carta de mediodía figuran entrantes divertidos, algunos tan sabrosos como la sepia estofada con huevo poché, o unas lentejas con foie-gras y manitas de cerdo, especialidades que rondan los seis euros.
Alta repostería
Entre los segundos, un arroz de pulpitos de sabor poderoso, perjudicado por exceso de estragón, o un suculento jarrete de ternera en compañía de patatas chafadas, ambos en el entorno de los ocho. Y para concluir, varias muestras de alta repostería: bizcocho de aceite con granizado de limón, sopa de frutas con helado de yogur o flan de cacao con leche de almendras, todos a 3,50 euros.
Es lógico que, al poco tiempo de su inauguración, Embat haya roto el mercado y disfrute de un éxito creciente. Como es normal, la casa tiene sus contrapartidas. En la sala se respira la modestia de las trattorias romanas, el servicio es lento, y el ambiente, ruidoso. En turnos de noche todo se modifica. La carta se torna más sofisticada, se propone un menú degustación y los precios se retocan al alza.
SENSACIONES GOLOSAS
EN EMBAT, los platos de noche acentúan su refinamiento. Sobre las mesas, recetas de perfil contemporáneo, con la complejidad que aportan sus autores, pero que en ningún momento abandonan el poso de sensatez de la cocina catalana burguesa. Entre los entrantes figuran propuestas sugerentes: tarrina de manitas de cerdo con pulpo, coca tibia de verduras con foie-gras al queso o ensalada de setas a la vinagreta. Y como complemento, vieiras con papada de cerdo sobre puré de apio, un mar y montaña elegante, o tal vez unos canelones de pato con puré de patata. Sugerencias reconfortantes que no asumen riesgos, pero que se adornan con detalles sutiles. Entre los platos de más peso figura un magnífico taco de bacalao sobre huevo poché, ribeteado con una holandesa a la naranja y espinacas. Y un lomo de cordero al requesón de cabra con berenjena ahumada, en el que se funden el toque rústico de la carne y los lácteos con las notas ahumadas de las verduras y el punto incisivo de un polvo de cítricos.Como no podía ser menos, tratándose de alumnos de Jordi Butrón, los postres dan la talla con creces. Detrás de unos enunciados sencillos se ocultan sensaciones golosas complejas. Como la sopa cítrica a la albahaca con jengibre y lima, postre escasamente edulcorado y con abundantes tonos refrescantes.No se debe olvidar el menú de noche (38 euros), que incluye cuatro platos, aperitivos y postre. Lástima que el café sea tan malo y la bodega, con muchas carencias, tan poco entusiasmante.
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