Un canto a la amistad entre drogas

La enredada historia de Bajarse al moro se ha traducido ya a diez idiomas y ha sido contada en papel, en la gran pantalla y en escenarios teatrales. El último montaje que la rescata, coincidiendo con su 25º aniversario, tiene la peculiaridad de que está dirigido por quien la concibió: José Luis Alonso de Santos. El autor de otras tramas con regusto callejero, como La estanquera de Vallecas, sabe mejor que nadie sacar a relucir el espíritu original de un canto a la amistad en el que conviven sexo, tráfico de drogas, estancias en prisión y enfrentamientos de quienes se debaten entre la integración y el atractivo de la marginalidad. El productor Enrique Cornejo defiende la vigencia del argumento y de sus "eternas cuestiones", entre ellas conflictos de valores y crisis y emociones en el choque entre vida real y sueños.

Alaska y Los Secretos reviven el pop en Bergara y Barakaldo

También coinciden director y autor, en este caso Javier G. Yagüe, en Rebeldías posibles, la frustrante historia de una persona decente en un mundo indecente. Así se resumen las peripecias de un hombre que decide reclamar a una empresa de telefonía la devolución de unos céntimos. El entuerto tiene en apariencia sencillo remedio, pero se complica cuando la empresa no atiende la reclamación y el usuario insatisfecho decide, cual Quijote contemporáneo, invertir tiempo y dinero en una estéril espiral de quejas, denuncias, reclamaciones y recursos. Como la vida misma. De hecho, la compañía Cuarta Pared presume de utilizar los recursos del teatro para convertirse en portavoz de preocupaciones ciudadanas.

Txalo ha adaptado a euskera El método Gronholm, la conocida obra de Jordi Galcerán, también llevada al cine, que presenta a cuatro candidatos a ser ejecutivo en una gran multinacional. Joseba Apaolaza, Asier Hormaza, Ramon Agirre e Itziar Ituño encarnan a los aspirantes y la diversión radica en lo absurdo de las pruebas y en descubrir quién miente.

El Leipzig Ballet interpretará en San Sebastián un programa compuesto por la Suite para dos pianos de Rachmaninov; Pierrot Lunaire, de Schönberg, y la Séptima sinfonía de Beethoven. La solista guipuzcoana Itziar Mendizabal bailará en dos de las tres coreografías, que llevan la firma de Uwe Scholz y Glen Tetley.

En la programación musical sobresale la presencia de dos supervivientes del pop español: Olvido Gara, Alaska, y Álvaro Urquijo. Alaska sigue cosechando excelentes resultados al frente de Fangoria, dúo de tecno pop completado por Nacho Canut, su fiel escudero, cuya última entrega es El extraño viaje. Mientras, Álvaro Urquijo mantiene activo a Los Secretos, el grupo apegado a la tristeza al que imprimió carácter su difunto hermano Enrique. Su último lanzamiento es 30 años, una caja que recopila 38 canciones y 16 vídeos en dos CD y dos DVD.

Quienes prefieran descubrir nuevos valores del pop rock pueden acudir a dos conciertos de Zia. El trío encabezado por Rodrigo Llamazares promociona Despierta, un estreno en el que persigue la fusión de melodía e intensidad rockera. Sus componentes han pasado por bandas como Los Coronas o Vacazul.

El público infantil y familiar tiene dos opciones atractivas. El ciclo ABAO Txiki propone contemplar Brundibár, una ópera de Hans Krasá, presentada como ejemplo de solidaridad y canto a la libertad, en la que dos niños tratan de conseguir leche para su madre enferma con ayuda de un perro, un gato y un gorrión. Y Disney On Ice pone a patinar a Los Increíbles, Mickey y Minnie Mouse, Donald, Goofy, Pluto y otros personajes bien conocidos por los niños en el espectáculo Aventuras en Disneyland, dirigido por Patricia Vincent.