Yo también mentiría
Mentiría si dijera que me ha sorprendido la desfachatez del señor Güemes y de otros miembros del Gobierno regional, ex consejero de Sanidad, vicepresidente y presidenta regionales incluidos, en respuesta a la sentencia judicial acerca del hospital Severo Ochoa. Lo que sí me ha sorprendido es que el señor Güemes tenga la piel tan fina, sobre todo después de las perlas vertidas por su predecesor en el cargo y por sus superiores al frente del Gobierno regional.
No seré yo quien defienda a este diario por utilizar metáforas desafortunadas como la de "la implacable Angela Channing de este Falcon Crest", recurso que nunca me ha gustado y al que espero que no recurra este periódico. Otra cosa es que la interpretación sexista que concede el consejero es mucho más que discutible.
Pero lamento que ningún miembro del Gobierno regional haya sido tan diligente como ahora lo es el señor Güemes cuando desde algunos medios de comunicación se referían a algunos de los médicos afectados como "Doctor Muerte", teniendo en cuenta que estos médicos eran empleados públicos y que no estaban condenados por delito alguno. Claro que su predecesor, el señor Lamela, se refirió a la posible comisión de "400 homicidios", sin que hasta la fecha nadie haya considerado necesario disculparse por lo que es mucho más que una metáfora desafortunada.
El señor Güemes y algunos de sus compañeros en el Gobierno regional saben muy bien en qué consiste lo de "que sus fines justifican todos los medios". El desarrollo del no-caso de las sedaciones en el hospital Severo Ochoa y, peor aún, sus reacciones en esta última semana, con su empeño en mantener los expedientes abiertos, hablan por sí solos.
La diferencia entre lo que un periódico hace y lo que mi Gobierno regional hace es que en el primer caso los ciudadanos no tenemos que esperar más de un día para cambiar de periódico si algo colma nuestros límites. Sin embargo, la actitud de nuestra presidenta regional apunta que pueden quedarnos otros tres años de soportar la vergüenza de tener a personas como los consejeros Güemes y Lamela al frente de importantes consejerías del Gobierno regional. Precisamente, ellos olvidan su obligación de gobernar para todos los madrileños defendiendo los servicios públicos que gestionan. Ni los que votaron a su partido en las últimas elecciones autonómicas, ni los que no, se merecen el insulto a la inteligencia que representan sus intervenciones.
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