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Reportaje:

CLAS desembarca en la zona centro

La láctea asturiana compra La Serrana en Madrid y cambia el mapa del sector

Ni Ruiz-Mateos (Clesa), ni Leche Río, ni el grupo formado por Covap e Iparlat. Al final, ha sido Corporación Alimentaria Peñasanta, de la que Central Lechera Asturiana (CLAS) es el principal accionista, quien se ha llevado el gato al agua en la puja por la compra de la empresa láctea La Serrana Campoleite, ubicada en la sierra madrileña. Con esta operación, se cierra, por un lado, la carrera de algunos de los grandes grupos por hacerse con una planta láctea en las inmediaciones de un gran centro de consumo. Por otra parte, La Serrana, una sociedad joven formada por ganaderos, pone fin al largo calvario de una empresa que en los últimos tiempos había buscado una salida para superar las dificultades financieras.

Central Lechera se ha visto desbordada por las ventas de leche en botella y necesitaba con urgencia una planta en producción
El grupo Ruiz-Mateos con Clesa, Leche Río, Covap e Iparlat habían pujado en los últimos meses para controlar la sociedad madrileña

La operación supone la compra de la planta, pero no la marca Los Escoriales y su fondo de comercio que permanece en manos de la empresa La Serrana. Ildefonso Barajas, su administrador, no fue capaz de dar con la tecla que asegurase el futuro de una empresa que había contado desde su constitución con el apoyo de la comunidad autónoma y Caja Madrid. Esta venta pone igualmente en evidencia las dificultades de entrar en el mercado para empresas jóvenes ante la presión en precios que dicta la gran distribución.

CLAS es líder nacional en el sector de la leche con una facturación en 2007 de casi 800 millones de euros y una recogida de 900 millones de litros sobre una cuota nacional de producción de 6,15 millones de toneladas. De sus ventas de leche, el 50% se comercializa en envase de cartón brik y otro 50% en botella.

En la actualidad, el grupo asturiano tiene presencia industrial en Cataluña, Galicia, Baleares y Asturias donde, en 2006, procedió a la inauguración de una segunda línea de envasado en botella con una inversión de 25 millones millones de euros. Las ventas de leche en botella en los dos últimos años han superado todas las previsiones hechas hasta 2012 con un incremento mensual del 20%. Esta fuerte demanda ha supuesto aumentar su distancia del grupo Pascual y requiere disponer de forma inmediata una planta industrial donde poder seguir envasando leche para cubrir las necesidades de una demanda en aumento por enciman de todas las previsiones.

"Hemos barajado la posibilidad de construir una nueva planta para atender esta demanda.Pero, ese proceso", señala el consejero delegado Pedro Astals, "nos suponía más de dos años de espera, por lo que hemos optado por la compra de La Serrana, que dispone de unas instalaciones modernas y que además se halla situada cerca de un gran centro de consumo como es Madrid".

Para el principal responsable del grupo asturiano, con la nueva planta se pretenden poner en marcha dos líneas de fabricación, una para envases de cartón y otra en botella. Además, la cooperativa asturiana llevará a cabo una nueva estrategia de diversificación cerca de un gran centro de consumo, tanto en nuevos productos como en otros diseños diferentes de los clásicos de litro.

La Serrana Campoleite, junto a Llet Nostra en Cataluña, es una de las pocas empresas nuevas en el sector de la leche que había irrumpido en el sector en los últimos años. Su constitución se comenzó a fraguar en 2002 con casi un centenar de ganaderos pertenecientes a la organización sectorial Federación de Productores Lácteos (Feplac), con una capacidad de producción de 600.000 litros diarios ubicados en su mayor parte en las provincias de Madrid, Segovia, Ávila y Toledo. La empresa se ponía en marcha como un instrumento para defender mejor los precios de la leche, cuando se pagaba en el campo a menos de 0,30 euros y no a los 0,45 euros que se cobran en la actualidad. La construcción de la planta supuso una inversión de 28 millones de euros con las reglamentarias ayudas públicas y los avales de Caja Madrid. La empresa inició su actividad en 2005 y llegó a alcanzar una facturación de 17 millones de euros.

La planta tiene una capacidad para producir hasta 10 millones de litros mensuales, aunque la producción era de sólo unos 50 millones de litros anuales. Lo sucedido en los últimos tres años ha puesto de manifiesto la dificultad de levantar un grupo lácteo basado en la leche líquida sin otros productos derivados con mayor valor añadido ante la fuerte presión de la gran distribución, que llevó a la empresa a una situación de pérdidas.

Para superar ese problema, la empresa inició en los últimos dos años la búsqueda de un socio industrial a quien colocar una parte del accionariado y, finalmente, un comprador. En esa vía, la empresa madrileña dio entrada, en 2007, al grupo Leche Río con un 30% del accionariado. Sin embargo, duró poco el compañero de viaje al que acusaron de maniobras para hacerse con el control del grupo a bajo precio y se recompraron sus acciones. En esa estrategia de socios de viaje estuvieron también los grupos Covap e Iparlat y, finalmente, la empresa Eurosemillas. Igualmente, Ruiz-Mateos (grupo Clesa) se interesó en la compra, que ha caído de parte de otro de los grupos que habían pujado desde un principio.

Pedro Astals, el consejero delegado de Clas.
Pedro Astals, el consejero delegado de Clas.

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