La capacidad de los discapacitados

Los 2.500 trabajadores de Lantegi Batuak se reunieron ayer en el Bilbao Exhibition Centre (BEC) baracaldés para celebrar el 25º aniversario de esta cooperativa dedicada a generar oportunidades laborales para los discapacitados en Vizcaya. La iniciativa surgió en 1983 de la ONG Gorabide en una época en la que el cien por cien de los minusválidos se veían abocados al paro. Desde entonces, 4.500 discapacitados han pasado por sus centros, que hoy emplean a 2.500. Su objetivo es que "un discapacitado trabajando deje de ser noticia porque se haya logrado su inclusión total", resumió su director general, Txema Franco.

"Hemos demostrado que son capaces de trabajar en cualquier cosa. En los años ochenta alcanzar esos niveles de normalización era utópico", celebra. Los prejuicios y la crisis, que abocaba a un tercio de la población al paro, hacían impensable que los discapacitados pudiesen encontrar un empleo. Con la creación de Lantegi Batuak, pudieron optar a trabajos industriales como el mecanizado, la electrónica, la automoción y el montaje.

La cooperativa genera un volumen de negocio anual de 60 millones

A ese sector, que supone hoy el 65% de su actividad, se han ido sumando otras áreas como la jardinería, la mercadotecnia o las gasolineras.

Toda persona, independientemente de su grado de discapacidad, tiene cabida en el centro: "En función de sus capacidades y el apoyo que necesitan, promovemos un itinerario de inserción individual. No nos importa su discapacidad, sino sus capacidades", recalca su director.

La cooperativa, impulsada por los familiares asociados y el apoyo institucional, genera un volumen de negocio anual de 60 millones de euros. Sus 19 centros prestan servicios a 1.000 empresas e instituciones. Además, ha insertado a 100 discapacitados en empresas ordinarias. El 70% de trabajadores de la entidad son discapacitados intelectuales; el 25%, físicos o sensoriales, y el 5% restante sufre trastornos mentales.

Los trabajadores disfrutaron de una fiesta con payasos y una peculiar banda de jazz. "Estoy muy contento porque hay trabajo y me gusta", cuenta José Clemente, quien trabaja en un taller de electricidad en Sondika. Ana, que empaqueta vajillas en Zorroza, no oculta su ilusión: "Poder trabajar en una empresa normal, que no sea de gente discapacitada, pero no me queda otra". José Ramon lleva ya 24 años empleado en un departamento de montaje y mecanizado en Gernika. "Tengo una enfermedad de nacimiento. Tengo fuerza en las manos pero me cuesta coordinar", explica, por lo que valora de manera especial el apoyo para encontrar trabajo.

El acto estuvo presidido por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, quien celebró que Lantegi Batuak se adelantase en entender que estas personas "también necesitan trabajar para realizarse personalmente", por lo que ha sido "un ejemplo estudiado en todo el mundo".