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A la cola para ser legales

La oficina de regularización de viviendas de Chiclana comienza a atender las consultas de los vecinos

El despacho abre a las diez, pero minutos antes ya hay cola. Los últimos en llegar tienen que pedir la vez, como en la frutería. Es el primer día de funcionamiento de la oficina de regularización de viviendas de Chiclana (Cádiz) y los vecinos tienen prisa por saber si sus casas podrán ser o no legalizadas. El Ayuntamiento estima que a este plan de ordenación de viviendas podrán acogerse unos 15.000 inmuebles. Pero quienes hacen cola no quieren conocer proyectos urbanísticos ni saber de política de ordenación. Van con una sola preocupación: ¿Qué hay de lo mío?

"Sobre todo, preguntan cuánto les va a costar ser legales, el dinero que van a desembolsar", cuenta Andrea Luque, una de las trabajadoras de la oficina. Es la única pregunta que, de momento, no tiene respuesta. Los vecinos deberán esperar unos meses hasta que se aprueben las ordenanzas municipales que establecerán cómo se van a realizar los cálculos.

Hasta entonces, quedan muchas dudas. Álvaro Natera, de 43 años, vive desde 1987 en una casa que con el nuevo plan podrá ser legalizada. "Quiero saber qué edificabilidad va a tener mi parcela, en qué tiempo se va a urbanizar la zona, cómo se van a hacer los pagos, si una vez pagada la regularización te van a dejar construir más...". Y es que aunque la idea principal es sencilla -los vecinos tendrán que pagar el coste de la urbanización dependiendo del tamaño de su propiedad-, cuando se analiza cada caso de forma particular surgen muchas incertidumbres. Natera se pregunta, por ejemplo, si deberá pagar lo mismo por su casa, cuyos alrededores están asfaltados y cuentan con alumbrado público costeado por los residentes, que quien no tiene aún ningún servicio.

Es el caso de María José Gómez, de 50 años. Reside desde hace seis en una vivienda de 100 metros, a la que hay que acceder por un camino de tierra. No se ha atrevido a construir más, pese a contar con terreno suficiente, por si lo tiraban. "Ahora no sé si me van a cobrar por los 100 metros que tengo, o por los 400 de máximo que me permiten. Y si me cobran los 100 metros, no sé si después me dejarán construir más". Cuando compró su casa, lo hizo a sabiendas de que podría ser legalizada. "Claro que entonces se hablaba de nueve euros por metro, pero fue antes de que la construcción subiera tanto. Seguro que será más caro".

Ellos aclararán algunas de sus dudas tras una entrevista en la oficina de regularización. Cuentan, sin embargo, que otros muchos en su misma situación no quieren ni acercarse, "por miedo". "No se atreven a venir porque creen que así van a saber dónde están sus casas y les van a obligar a pagar la urbanización, aunque no puedan afrontar el gasto", explica Gómez. Andrea Luque puntualiza: "Van a tener que regularizar sus viviendas vengan o no. Desde la oficina no vamos a perseguir a nadie, pero al final tendrán que hacerlo, con o sin asesoramiento".

Rosa Madrid, de 64 años, y su marido no han tenido miedo, aunque sí un poco de pereza. "Compramos la casa hace cuatro meses. Si lo llego a saber, no me mudo. Yo ya estoy mayor y quiero tranquilidad, no tanto papeleo". Salen contentos. "Nos han dicho que todo va a ser muy fácil, porque tenemos todos los documentos en regla. Todo es legal". Y si no, lo será dentro de poco.

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