Último período del Parlamento con el futuro de EHAK y la consulta al fondo

Un pleno sirve hoy para reanudar las sesiones en el Parlamento vasco, tras el parón del mes de enero y, de paso, abrir el que posiblemente será su último período de la actual legislatura.

Con esa impresión inician su trabajo los grupos, que dan por prácticamente cerrada la legislatura y la consideran agotada. Nadie apuesta por su continuación hasta abril de 2009, la fecha en la que correspondería celebrar nuevas elecciones. Todos se preparan para una disolución anticipada de la Cámara y una convocatoria de comicios autonómicos en otoño. Pero antes, bajo la estela de los resultados del 9-M, se asistirá a las incidencias sobre el futuro de EHAK debido a su próxima ilegalización, así como al recorrido que pueda tener la consulta anunciada por Ibarretxe.

Pero la impresión de que se atisba un adelanto electoral no es gratuita. Viene avalada por los plazos y las citas a fecha fija que el lehendakari Ibarretxe dejó puestos en el pleno de política general de septiembre de 2007. En el Gobierno no falta quien admite también que el mandato está ya "amortizado", aunque se sostiene la intención de enviar a la Cámara en estos meses algunos de los proyectos de ley comprometidos.

El período de sesiones se verá acortado además en un mes, debido primero a la interrupción por la campaña de las elecciones generales de marzo y, después, por la Semana Santa. A la Cámara le quedará entonces lo que resta entre abril y junio, y los nuevos proyectos que se presenten podrían estar abocados a decaer, como ocurrió ya con la ley de Suelo en 2004.

El Gobierno podrá exhibir unos resultados más fructíferos, gracias al apoyo externo que le ha prestado el PSE. Éste le ha permitido aprobar con comodidad los presupuestos, por primera vez desde 1999, y sacar adelante algunas importantes leyes encalladas, como las de Suelo o del Agua.

Al llegar junio, el lehendakari, seguramente en el último pleno de ese mes, pedirá autorización a la Cámara para celebrar el 25 de octubre una consulta sobre el derecho a decidir. Si el Parlamento le da una negativa, Ibarretxe tiene anunciado que lo disolverá. Su "hoja de ruta" recoge que, en el caso de lograr la mayoría, que sólo se la pueden dar los votos de EHAK, convocará la consulta, lo que daría lugar a unas elecciones, ya sea por la celebración de aquélla o por haberse impedido.

Antes de eso, otra cuestión tiene ya mediatizada a la Cámara: la previsible instrucción judicial que la presidencia de la Cámara pueda recibir sobre el grupo de EHAK, una vez se produzca la ilegalización de ese partido. La llegada de una orden de disolución colocaría al Parlamento en una situación ya vivida y que puede dar al traste con un clima que se ha normalizado considerablemente en esta legislatura, respecto a la crispación y el enfrentamiento que caracterizaron la anterior. Las relaciones se agriaron en 2003 hasta tal punto que el socialista Manuel Huertas, vicepresidente de la Mesa, pidió el relevo a su partido y cambió su escaño en 2004 al Congreso de los Diputados.

El intento del tripartito de reformar el Reglamento por la vía de urgencia para que la decisión sobre el grupo de EHAK se adopte en pleno, como modo de corresponsabilizar a los 75 parlamentarios, es el primero de unos preparativos que auguran una nueva división de la Cámara en dos bloques. El PSE ya ha advertido que no votará nada que contribuya a esa ruptura, mientras que EHAK tendrá la ocasión de ejercer como árbitro en su propia causa.