"Las políticas educativas han tenido escasa visibilidad"
Aunque ahora sea habitual la presencia de ministras en los Gobiernos, con la paridad en el Consejo de Ministros ya asumida por todos, no lo era hace 20 años, cuando Rosa Conde se convirtió en una de las primeras mujeres en ocupar una cartera, la de ministra portavoz. Sólo Soledad Becerril, con UCD, y Matilde Fernández, a la vez que Conde, fueron ministras en aquellos años. Esta socióloga (Ronda, 1947) dirige desde 2004 la Fundación Carolina.
Creada por el PP en 2001, rodeada de gran polémica por su carácter "elitista", según dijo entonces el PSOE, esta institución educativa se ocupa de fomentar el intercambio cultural, educativo y científico con América Latina. Concede cuantiosas becas de posgrado a licenciados latinoamericanos y financia visitas a España de personas relevantes de esos países. Maneja un presupuesto de 20 millones de euros y trae a España a 2.000 personas al año.
"Dar visibilidad a las políticas sociales puede decidir el voto de la izquierda"
"La idea del PP era formar a las élites de la derecha de América Latina"
"Ya nadie se cree que se rompa España en 17 sistemas educativos"
"Hemos introducido la transparencia en la selección de los becarios y en todo"
Como política con encaje que demuestra seguir siendo, Conde asume con gran naturalidad su fama de "mala comunicadora", tras su paso por la portavocía del Gobierno. "Recibía críticas por mi forma de comunicar, pero nunca por cuestiones de fondo. Y eso, como es un mito, es difícil de romper y vivo con ello", explica. Rosa Conde es además experta en temas electorales, -dirigió el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)- y tiene claras las posibilidades del PSOE con vistas a las próximas elecciones.
Pregunta. Cuando el Gobierno del PP creó la Fundación Carolina, la oposición socialista le acusó de crear una institución que buscaba formar élites ideológicamente cercanas al Ejecutivo. ¿Sigue siendo así?
Respuesta. No. Había dos ideas buenas, el fomento del intercambio cultural y educativo con Latinoamérica y el hacer una alianza público-privada, que son las únicas dos cosas que nosotros hemos mantenido. Y es verdad que el PP hizo una institución muy elitista, la idea era formar las élites del futuro de América Latina y además buscarlas en la derecha conservadora de esos países, y con un componente, en mi opinión, altamente religioso. A mí no me parece mal ayudar a formar las élites, pero si se hace con transparencia e intentando establecer el principio de igualdad de oportunidades. Cuando asumí la dirección promoví la implicación en esta institución del Gobierno, las universidades, tanto públicas (que apenas participaban) como privadas, las ONG y las empresas.
P. Buena parte de las críticas provenían de las universidades.
R. La fundación se había creado de espaldas a las universidades públicas. Por eso creamos un consejo asesor con los rectores, el CSIC y la Agencia Nacional de Evaluación (Aneca), establecimos convenios de colaboración con todas las universidades y nos abrimos también a las públicas en América Latina.
P. ¿Es transparente la selección de los candidatos?
R. Hemos creado un comité de selección con expertos independientes del área del conocimiento y con la participación de la universidad. Hemos introducido además principios de igualdad de oportunidades, el criterio de la discriminación positiva de género y geográfica y fomentamos que los becarios de diversos países se relacionen entre sí. Para 1.750 becas que se dan este año hubo 157.000 solicitudes. Es una gran cantidad, lo que da la idea de la buena difusión que hemos hecho de ellas. Lo que diferencia las becas Carolina de otras es que se hace hincapié en que los estudiantes conozcan la sociedad española para que mantengan en el futuro una buena relación con España.
P. ¿Son como una especie de becas Fullbright españolas?
R. La idea inicial es parecida. Pero la Fundación Carolina es mucho más que las becas. El 75% de nuestro presupuesto va dirigido a las becas, pero nuestra labor no se puede entender al margen de la política de cooperación española. Tenemos otros programas, como el internacional de visitantes. Traemos a España a unas 400 personas al año que, por la razón que sea, tienen relación con España. Esta semana viene una quincena de diputados y senadores indígenas que representan a su movimiento en sus Cámaras.
P. También se criticó al PP precisamente por el proceso de selección de estos visitantes.
R. En esos procesos intervienen ahora directores independientes de los programas y las embajadas españolas. El elemento diferenciador es la transparencia, en el proceso de selección y en todo. Hemos democratizado la fundación, en el sentido amplio del término. Hemos incorporado a la fundación a las grandes redes de investigación de Latinoamérica y además potenciamos el debate sobre la responsabilidad social de las empresas y les servimos de paraguas.
P. ¿Es el apoyo a la educación en Latinoamérica una prioridad del Gobierno de Zapatero?
R. Sin duda alguna. El partido socialista ha puesto de manifiesto que tiene un verdadero interés en abrir vías de relación con América Latina más allá de las tradicionales de la inversión económica y las relaciones políticas.
P. A poco menos de un mes de las elecciones, ¿no cree que han tenido escasa visibilidad en esta legislatura las políticas sociales, incluidas las educativas?
R. Sin duda, estas políticas han tenido escasa visibilidad. Porque dos temas -primero, el debate autonómico y luego, el terrorismo- lo han impedido. Ahora se pueden resaltar en la campaña y es muy difícil que el PP vuelva a sacar el debate autonómico porque ya nadie se cree que se rompa España, por ejemplo, en 17 sistemas educativos, como decían. La campaña puede dar paso a la visibilidad de esas políticas y es lo que puede decidir el voto de la izquierda.
P. Como experta en temas electorales, ¿cuál es su análisis de las opciones del PSOE y del PP en las elecciones generales?
R. Soy optimista sobre el resultado para el PSOE. Las encuestas más fiables son la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y la que hace Julián Santamaría. Las dos están dando una ventaja del PSOE sobre el PP de entre dos puntos y medio y tres puntos, es decir, un empate técnico. En estos momentos opino que debemos estar en este resultado, pero con tendencia al alza para el partido socialista.
El PP tiene movilizado a todo su electorado, tiene una tasa de lealtad muy alta, en torno al 90%, pero no de crecimiento. Tiene a toda la derecha, pero con la política que está haciendo no puede crecer hacia el centro. Por lo tanto, el resultado del PP es éste y es muy difícil que suba en la campaña electoral. Sin embargo, el PSOE tiene unas posibilidades de crecimiento muy altas en votantes de centro y de izquierda, precisamente porque tiene una fidelidad más baja, en torno al 70%. Por lo tanto, creo que de la campaña que se haga, de su fuerza, depende que se rompa esa barrera para el PSOE.
Me parece además errónea la decisión que ha tomado Mariano Rajoy de excluir de las listas por Madrid a Alberto Ruiz-Gallardón y también su apuesta por Manuel Pizarro. Ha querido tomar una decisión rompedora y movilizadora de su electorado, que ya está movilizado, y ha puesto a una persona que puede ser un buen gestor empresarial pero no forzosamente un buen político y, de hecho, un político no se hace en un mes, por muy buen empresario que fuera, y eso se ha visto ya en los días que lleva.
P. ¿Volvería a la política activa?
R. No. Me siento muy cómoda en los aledaños y con una buena relación con el partido y el Gobierno.
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