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Reportaje:Emprendedores

Inventos en Los Monegros

Ayuda fue pionero en alumbrar actividades en el semidesierto

Los promotores de Gran Escala, el proyecto inversor que pretende convertir la comarca aragonesa de Los Monegros en una suerte de réplica europea de Las Vegas (casinos, hoteles, cinco parques temáticos...), hablan, y no paran, de las excelentes condiciones de la zona para su proyecto: poco más de tres horas de coche desde Madrid o Barcelona, clima estable durante la mayor parte del año... José Manuel Ayuda, propietario del Centro de Aventuras Tardienta Monegros, se muestra orgulloso. Él descubrió esas condiciones..., pero hace ya 14 años. "Empecé con un hangar y una pista de vuelo, abrí el primer hotel subterráneo que existe en España, organiza juegos de paintball a los que se apunta gente que viene de aquí y de allá... La verdad es que me viene bien que se hable tanto de Gran Escala. Ahora los bancos me tratan mejor... Ahora, cuando ya llevo invertidos más de cinco millones de euros", señala.

Promueve el rodaje de películas y el turismo en la zona, actividades aeroportuarias, y quiere crear una línea aérea con socios franceses

José Manuel procede de la vecina localidad de Tardienta (Huesca), a tres kilómetros de la zona citada. Desde pequeño, tuvo una clara inclinación por los inventos y la mecánica ("tengo patentados, entre otras cosas, un sistema antirrobo y un aparato de aire acondicionado", explica). Su padre era mecánico y José Manuel trabajó durante muchos años en su taller y compatibilizó esa ocupación con la de profesor en el Instituto Nacional de Empleo de Huesca. "Pero me aburre enseñar", señala, "así que lo dejé. A mí lo que me gusta es crear". Y creó..., hasta convertir su aeródromo en un verdadero plató cinematográfico en el que se han rodado desde producciones publicitarias de moda hasta películas pornográficas.

Mediada la entrevista con Ayuda, surgen cinco nombres: Melchora, Gaspara, Baltasara, Cucaracho y Tempranillo. A ellos responden cinco dromedarios a los que se puede ver comiendo los escasos matojos de hierba que crecen en medio de la aridez. "Traerlos del Sáhara fue una odisea. Me fui allí con una amiga y los compré en un mercado, a 150 kilómetros de El Aaiún. Para volver a Huesca tuve que hacer miles de kilómetros en camión y cumplimentar infinidad de trámites aduaneros en Marruecos y España...".

Entre los aparatos que han salido de las manos de José Manuel, destacan dos: la monegrina y el uyuyuy. El primero responde a la única cosechadora turística que existe en España.

Más curioso aún es el uyuyuy, un artefacto con motor de avión y chasis de Citroën dos caballos. "Un sábado por la noche estaba con unos amigos en un bar. Hacía años que tenía el motor abandonado en un almacén. Pensé, ¿por qué no aplicarlo a un coche?", dice. El nombre del aerocarro obedece a que la expresión más habitual de los pasajeros es "uyuyuy...", o nos la pegamos o salimos volando. "Nunca hemos tenido un accidente, pero siempre nos acompaña la Virgen del Pilar por si acaso", añade.

En el currículo de este polifacético personaje también entra su labor escultora, durante un tiempo trabajó el hierro, y musical, hace una década estuvo recorriendo Aragón tocando el violín, el laúd, el guitarrico y la bandurria. "Ahora", dice, "voy a poner en marcha una emisora de radio que emitirá, exclusivamente, jotas aragonesas".

La cabeza de Ayuda no para de funcionar. Ahora, al tiempo que ha comenzado a invertir en negocios inmobiliarios en Argentina, planea poner en marcha, junto a un inversor francés propietario de una flota de jets, una línea aérea de vuelos regulares que enlace Los Monegros con el sur de Francia y las islas Baleares ("pensamos llamarla Los Monegros Airlines", dice).

Mientras eso ocurre, José Manuel espera tener este año unos 300.000 euros de beneficio y seguir sacando oro en mitad del desierto. Y es que este promotor-inventor convierte en oro todo lo que toca. Eso sí. Él crea. Luego de ponerlo en marcha se encargan catorce empleados, seis de ellos fijos. Éste es Ayuda, la otra cara de la célebre sentencia de Miguel de Unamuno: "Que inventen otros". Para eso está él.

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