Seis de cada diez trasplantados reciben órganos de mayores de 60 años

Años de campañas de concienciación no consiguen tumbar los reparos de los gallegos a la donación de órganos. En 2007, descendió un 11% el número de fallecidos cuyos familiares aceptaron ceder partes de su cuerpo para salvar vidas. Las personas que colaboran tienen además mayor edad. Seis de cada diez trasplantados en Galicia han recibido un órgano de un finado de más de 60 años.

El director de la Oficina de Trasplantes, Jacinto Sánchez, advierte de los problemas que este envejecimiento de los donantes provoca en ciertos trasplantes como los de riñón, una víscera en la que el paso del tiempo deja mucha huella. Por eso la Consellería de Sanidade se ha propuesto duplicar en 2008 las donaciones renales de pacientes vivos, aumentando los familiares y conocidos del enfermo a los que se les practican las pruebas de compatibilidad.

Ni siquiera la sangría de jóvenes en la carretera ha incrementado la donación. El año pasado los muertos en accidente que donaron sus órganos se redujeron a la mitad. La gallega es una de las autonomías donde es más difícil convencer a las familias de los fallecidos para que colaboren. El 21% de los consultados se niegan a donar, frente a la media española del 15%. Para superar estos atrancos, Sanidade cree necesarios un par de relevos generacionales. Esperando por un órgano están actualmente 476 enfermos. En 2008 murieron 13 sin conseguirlo.