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Reportaje:ALBERTO GARCÍA ERAUZKIN

Del martillo a las telecomunicaciones

García Erauzkin ha estado al frente de Euskatel en sus diez años de vida

Pasado mañana, día 23, se cumplirá el décimo aniversario de la salida al mercado de la telefonía fija de Euskaltel, con aquel famoso 050 que debían marcar sus clientes antes de cualquier número. Una semana después, Alberto García Erauzkin (Erandio, 1960) llegó como director financiero para impulsar una compañía que buscaba convertirse en el operador global de telecomunicaciones de referencia en el País Vasco. Hoy, Euskaltel apuesta por abrirse camino en otros territorios, después de superar la crisis de su ruptura con Orange, que García Erauzkin resolvió desde su experiencia en reestructuraciones empresariales, como las de Heraclio Fournier en Vitoria o Patricio Echeverría en Legazpi.

"Pasé de una empresa de hachas a una que lleva humo por cable"

Licenciado en Económicas y Empresariales -"estudios en extinción, porque ya hoy se llama Administración de Empresas", apunta- en la Comercial de Deusto, Alberto García Erauzkin (Erandio, 1960) se forjó en su primer puesto de trabajo en la consultora multinacional Arthur Andersen. Eran los tiempos del yuppie, cuando la figura del ejecutivo desprendía glamour. "El ejecutivo agresivo, repeinado, clasista ha pasado a la historia; en mi opinión, para bien. Se ha acabado con cierta jerarquización, incluso clasismo. Si uno era directivo, economista y encima de la Comercial de Deusto, estaba un peldaño por encima", recuerda.

Los tiempos han cambiado en la gestión de las empresas. "Ahora, afortunadamente, se valora más el aspecto humano. Quizás porque hay un grado mayor de preparación, estamos todos más igualados", afirma. En su opinión, hoy se valora la capacidad de liderar personas: "Que la gente te reconozca como líder natural, tener buenas sensaciones con los compañeros, vale ahora mucho más que las titulaciones o ser un tiburón".

Antes de llegar a Euskaltel, García Erauzkin se forja en la reestructuración de Patricio Echeverría. "He pasado de una empresa que fabrica hachas y martillos a una que lleva humo por un cable y se factura", dice describiendo con humor un salto al que ve sus ventajas. "Quizás mi condición de economista, alejado de las nuevas tecnologías, me ha obligado a impulsar que se traduzca todo ese mundo para que el cliente lo entienda a la primera". Como él, buena parte del equipo directivo de la operadora vasca tampoco procede del sector de las telecomunicaciones, "lo que hemos resuelto en un acierto, porque ha servido para traducir un lenguaje tecnológicamente complejo con mensajes sencillos", insiste.

Con el color naranja como reclamo, el apoyo a un club de ciclismo (uno de los deportes preferidos en Euskadi) y el 050 identificando a la compañía en todos los soportes publicitarios del País Vasco, Euskaltel apostó por crear una red paralela a la de Telefónica. "La instalación de la fibra óptica surge del interés por hacer país", asegura el director ejecutivo de Euskaltel. "Pero también hay una apuesta de negocio: si queríamos ser competitivos teníamos que tener nuestra propia red desde la vanguardia tecnológica. Y acertamos; no en vano somos el cuarto operador en telefonía fija de España, y eso que sólo operamos en un 5% de su territorio".

Los éxitos se sucedían en Euskaltel hasta que llegó la crisis con Orange y la ruptura en enero de 2007. En esta crisis fue clave la experiencia previa de Alberto García Erauzkin en la reconversión de Heraclio Fournier y Patricio Echeverría. "Cuando tomas decisiones traumáticas, necesitas tener algún referente personal y yo me acordé de ambos casos cuando se decidió iniciar una nueva etapa".

En Euskaltel es de los más veteranos y, eso, a sus 47 años a veces le descoloca. "En Patricio Echeverría era el más joven del equipo directivo, con 32 años, y el siguiente tenía la edad que yo tengo ahora". Pero también alaba esa impronta de la compañía vasca. "La juventud da naturalidad y los cambios se asumen sin problemas. Esa es una de nuestras fortalezas".

"Las empresas no tienen ideología"

De su paso por Arthur Andersen, a mediados de los ochenta, García Erauzkin guarda un recuerdo positivo de las exigencias éticas que inculcaba la consultora a sus empleados. "Y las estéticas, porque se nos pedía una buena presencia ante el cliente", apunta. Pero, al cabo de cuatro años, la vocación de economista gestor se imponía. Sus trabajos en Heraclio Fournier y Patricio Echeverría le obligaron, además, a enfrentarse a sendas reconversiones.

"Aprendes a trabajar desde la escasez", comenta, y reflexiona a continuación: "Una de las cosas que me preocupa de la juventud actual es que nunca ha conocido una crisis económica, ni general ni sectorial ni de su empresa, con lo que ello conlleva. A veces, lo veo en Euskaltel donde la plantilla es muy joven, dan por naturales cosas que han costado mucho esfuerzo conseguirlas. Por ejemplo, la conciliación laboral está muy bien, pero hay que tener vida laboral para conciliar la vida privada; es decir, hay que cuidar el puesto de trabajo".

García Erauzkin reconoce que Euskaltel está marcada por la etiqueta de empresa vasca nacionalista, pero niega que tal imagen esté justificada. "No acabo de entender eso, porque en su promoción participaron prácticamente todos los partidos del arco político; por supuesto, PNV, PSE y PP", recalca.

Rubrica el viejo adagio de que "las empresas no tienen ideología", pero debe reconocer que la impronta tan vinculada a Euskadi de su firma tiene pros y contras a la hora de la expansión. "Hemos ido a Navarra con un enfoque empresarial, aunque también tenemos claro que hay ciudadanos navarros que nos van a mirar con simpatía por ser una empresa vasca. Pero seguiremos ampliando nuestra implantación en otros territorios en este próximo trienio, porque ninguna empresa se pone fronteras".

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