Vivenda pondrá en alquiler los pisos que lleven 24 meses desocupados

La futura Ley de Vivienda de Galicia considerará vacíos los pisos que permanezcan desocupados durante 24 meses ininterrumpidos. Ninguna comunidad autónoma tiene un porcentaje tan elevado de viviendas que encajen es esta definición como Galicia, donde afecta a casi el 30% del parque total de inmuebles, unos 74.000. Su destino será el mercado de alquiler, aunque sin utilizar herramientas coercitivas como las empleadas por las leyes del País Vasco o Cataluña, donde la vivienda vacía se penalizará con una tasa de nueve euros diarios.

El artículo 93 del anteproyecto de Ley de Vivienda de Galicia establece que la Administración autonómica desarrollará un programa de vivienda en alquiler "en el que se concretará la puesta en el mercado de las viviendas vacías". Y por vivienda vacía se entenderá aquella en la que sus usuarios legítimos "estén ausentes de modo no transitorio, intermitente o provisional". En concreto, se considerarán vacías a efectos legales todas en las que se certifique "la ausencia ininterrumpida por más de 24 meses" de propietarios o inquilinos, de acuerdo con los criterios de comprobación que se establezcan reglamentariamente.

El proyecto de la consellería de la nacionalista Teresa Táboas carece de un capítulo específico para las viviendas vacías, a las que sólo se menciona en el de fomento del acceso a la vivienda en régimen de alquiler. La Xunta no forzará, sino que "estimulará" que ese parque de pisos desocupados pasen al mercado de alquiler, según fuentes de Vivenda, de forma que sus propietarios se puedan aprovechar de las ventajas que supone adherirse al plan gallego de vivienda en alquiler, aunque también podrán hacerlo en el mercado libre o a través de una inmobiliaria.

Ayudas y seguros

Si optan por el programa autonómico de alquiler, el primer beneficio que obtendrán los propietarios de las viviendas sin uso será la garantía del cobro de la renta durante cinco años. Dentro de ese plazo, y con independencia de posibles abandonos del inquilino o retrasos de éste en el pago, la Xunta avalará el cobro a los dueños de los inmuebles. Además, éstos podrán recibir hasta 6.000 euros en ayudas a fondo perdido para realizar mejoras en la vivienda. Por último, la consellería contratará un seguro multirriesgo que garantizará que, una vez finalizado el contrato de alquiler, el piso se le devolverá a su propietario en perfectas condiciones.

Así, el dueño de una vivienda desocupada y deteriorada podrá arreglarla sin gasto, garantizarse el cobro de una renta durante un quinquenio y tener la garantía de que se le devolverá en las mismas condiciones en las que estaba cuando fue alquilada. De esta manera, el departamento de Teresa Táboas pretende movilizar buena parte de esos 74.000 pisos vacíos hacia un mercado especialmente interesante para la política de la consellería, el del alquiler, en el que la demanda supera ampliamente a la oferta. Con el mismo objetivo, todos los pisos protegidos que se construyan en las ciudades gallegas se pondrán en el mercado de alquiler.

El precio de los alquileres del programa autonómico no superará en ningún caso los 600 euros mensuales, incluso cuando la tasación que establece los precios supere esa cantidad. Los beneficiarios del programa serán personas que no superen unos ingresos de 1.300 euros mensuales, que recibirán una subvención que les permita no destinar a la vivienda más que un 30% de sus ingresos, siempre con un límite del 60% del precio total del alquiler.