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Reportaje:SALÓN DE DETROIT

Gigantes en declive

La muestra del motor estadounidense (del 19 al 27 de enero) refleja de nuevo la crisis de los fabricantes locales, que siguen cediendo terreno ante las marcas foráneas. Triunfan los modelos europeos y los prototipos con tecnologías limpias.

Otro Salón de Detroit y las mismas sensaciones de los últimos años. Los tres gigantes estadounidenses del motor, General Motors, Ford y Chrysler, siguen sin salir de un bache que va camino de convertirse en insalvable, y lo peor es que insisten en repetir recetas fracasadas. Mientras los precios del petróleo y la amenaza del cambio climático casi han convertido los últimos salones en convenciones ecológicas, los grandes estrenos de Detroit se centran en superdeportivos y todoterrenos, que devoran combustible y no parecen las soluciones más apropiadas para los tiempos que corren.

Como compensación, hay también un aluvión de prototipos con tecnologías limpias, aunque la mayoría no son más que cortinas de humo para disimular la lentitud de reacción y la crisis de ideas que atraviesan las marcas norteamericanas: casi ninguno saldrá a la venta en los próximos cinco años. Así, sus estrellas han sido los renovados Ford F-150 y el Dodge Ram, dos pick up superventas de enorme consumo.

La competencia, en cambio, parece más lúcida. Los japoneses, como Toyota y Honda, siguen reforzando su imagen ecológica y anuncian la llegada de más modelos híbridos a precios competitivos. Los coreanos, como Hyundai y Kia, también proponen coches más pequeños y eficientes. Y los europeos continúan su cruzada a favor del gasóleo y parece que pueden cambiar su mala fama allí: el Mercedes E 320 Bluetec ha sido elegido el Coche Ecológico del Año. Además, ultiman híbridos que empezarán a llegar en 2009.

Los tres grandes no reaccionan

La pérdida de ventas de los tres grandes de Detroit ha seguido en 2007 y están a punto de quedarse por debajo del 50% del mercado local. Y el salón lo refleja: ni jugando en casa logran recuperar la iniciativa. Las propuestas más interesantes proceden de marcas extranjeras, y la tenaza que forman orientales y europeos apenas los deja respirar. Por eso, la frase del primer ejecutivo de General Motors, Rick Wagoner -"si no hemos tocado fondo, estamos muy cerca"-, puede convertirse en un clásico. Las pérdidas millonarias y los despidos masivos empiezan a parecer una enfermedad crónica y hace falta mucha fe para confiar en un futuro mejor. La sangría de los últimos años ha exigido vender las joyas de la corona y ya no queda casi nada de valor para hacer caja. Pero las arcas siguen exhaustas y apenas dan para las renovaciones de los modelos más anticuados.

No hay dinero para invertir en tecnologías que aporten ventajas comerciales, y un buen ejemplo es Ford, que acaba de proponer el sistema EcoBoost como gran solución para reducir el consumo de sus motores. Consiste en reunir la inyección directa de gasolina y un turbo para ofrecer la potencia de los clásicos V8 americanos con un motor V6 turbo que rebaja un 30% el consumo. Pero mientras Ford espera lanzar su primer coche EcoBoost en 2009, muchas europeas los tienen ya a la venta hace tiempo, y VW y otras, hasta en los utilitarios. Y ya trabajan en nuevas mejoras.

General Motors, Chrysler y Ford, los tres grandes grupos americanos, estrenan varios modelos aunque pasan casi desapercibidos en su feria doméstica.
General Motors, Chrysler y Ford, los tres grandes grupos americanos, estrenan varios modelos aunque pasan casi desapercibidos en su feria doméstica.ASSOCIATED PRESS, UNITED PICTURES, REUTERS Y M.G.B.

LA REVOLUCIÓN DEL BIOETANOL

LA POLÉMICA sobre la eficiencia ambiental de los biocombustibles, como el etanol, puede pasar a la historia si se confirma la viabilidad de la nueva tecnología desarrollada por la compañía norteamericana Coskata. Esta firma de Chicago anuncia un proceso de fabricación de etanol utilizando restos vegetales y la basura orgánica de las grandes ciudades. Su sistema consiste en calentar los desperdicios en una cuba hasta que producen gas. Después, el gas se purifica eliminando los residuos metálicos y se introduce en un biorreactor formado por largos tubos de plástico sumergidos en agua y tan finos como el cabello humano. En la superficie de los tubos se cría una bacteria descubierta por científicos de la Universidad de Oklahoma que transforma este gas en bioetanol de forma natural. El agua arrastra el etanol que produce la bacteria hasta un depósito, donde se separa el combustible y queda listo para su uso.

Coskata, que ha creado una alianza con General Motors para que adquiera su biocombustible, asegura que con este proceso puede obtener cerca de 500 litros de etanol por cada tonelada de basura, y con unos costes inferiores a un dólar por galón (unos 0,7 euros por cada cuatro litros). La mejora es espectacular, porque, según las previsiones del Departamento de Energía de EE UU, no se esperaba que la industria fuera capaz de alcanzar esta eficiencia antes de 2020. Además, el nuevo proceso sólo necesita un litro de agua para producir otro de etanol, frente a los cuatro litros que se emplean cuando se utiliza el maíz como materia prima.

La empresa espera poner en marcha a final de año una planta piloto que producirá cerca de 200.000 litros anuales de etanol, y, si se confirma la viabilidad real de su tecnología, construirá otra con una capacidad de 400 millones de litros al año que estará lista en 2010.

ASIENTOS ECOLÓGICOS

LOS ASIENTOS de los coches pueden ayudar a reducir también las emisiones de C02, aunque en principio parezca que no hay ninguna relación. La compañía estadounidense Johnson Controls, que emplea a 140.000 personas en todo el mundo y fabrica accesorios para el automóvil, está desarrollando una nueva generación de asientos con los respaldos más finos, pero igual de cómodos que los actuales. Los nuevos diseños, que se inspiran en los de las naves espaciales de ciencia-ficción, permitirán ofrecer la misma habitabilidad con carrocerías más pequeñas y ligeras, reduciendo el consumo y las emisiones.

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