Paisajes a la espera
El paisaje es uno de los géneros clásicos de la fotografía. Lo tomó primero de la pintura con matices esencialmente documentales para posteriormente incorporar los matices de autor. Es en esta simbiosis donde se mueven la mayor parte de los trabajos actuales. Puestos sobre el soporte, en ellos se confrontan dos fuerzas de distinta índole: la del propio espacio que se registra y la del fotógrafo, su mirada y pensamiento.
La elección del momento y el lugar viene marcado por las emociones del autor. Roberto Botija (Bilbao, 1953) se ha detenido en lo que denomina Paisaje al margen. Como puede comprobarse en Vitoria, donde se exhibe esta colección de imágenes, se trata de mostrar lugares a los que habitualmente no se quieren mirar. Son los lugares olvidados por el urbanismo con sello de arquitectos estrella, aquellos que con frecuencia ocultan las vergüenzas de una ciudad y aguardan su momento de gloria.
El ambiente al que se enfrenta el espectador cuando visita la muestra puede resultar un tanto embarazoso. Por un lado, se ve embargado por una sensación de aversión a lo que ven sus ojos y, a su vez, por un cierto embrujo por el tratamiento que se ofrece de ello. Una sensación que viene de mirar talleres abandonados y medio derruidos, canteras fuera de servicio, charcas selladas de basura, caminos bloqueados por la jara, restos de animales cubiertos por una mezcla de agua e hidrocarburos o barrizales resultado de las zonas de relleno. Son todas estas imágenes, heridas de una ciudad que vive y se transforma en el tiempo.
Esta topografía tan peculiar se resuelve con un cromatismo muy parco. La estridencia de color se somete a los detalles conseguidos por las placas de una cámara de gran formato. Un tipo de imágenes continuación de aquellas otras en blanco y negro rec ogidas en su libro Alusión a una sombra, donde la ría de Bilbao y sus márgenes marcaban un recorrido intenso por el abandono y el olvido urbano.
Estas fotografías abren la posibilidad de hacer un seguimiento de la transformación urbana. Supone un tema un tanto manido en los últimos tiempos que aparentemente no pierde del todo su actualidad. En definitiva, una exposición que bien merece una visita sosegada para entender la vida de una ciudad y los puntos de partida para su metamorfosis. Con todo, se acusa la ausencia, tanto en la sala como en el catálogo de la muestra de alguna referencia escrita de las imágenes, un detalle que se agradece y que ayuda a comprender mejor aquello que se está contemplando.
Paisajes al margen. Roberto Botija. Casa de Cultura Ignacio Aldecoa. Paseo de la Florida, 7. Vitoria. Hasta el 27 de enero. Horario: de lunes a viernes, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00; sábados, de 10.00 a 13.30; domingos y festivos, cerrado.
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