España pone a Portugal al nivel de Francia
La cooperación en defensa adquiere el mismo rango que con el Gobierno galo
Los jefes de Gobierno de España y Portugal, José Luis Rodríguez Zapatero y José Sócrates, presidieron ayer en Braga la primera reunión del Consejo de Defensa y Seguridad, con los ministros de Exteriores y Defensa y los jefes militares de ambos países. Su creación se acordó en la última cumbre ibérica, en Badajoz en noviembre de 2006, y convierte a Portugal en el segundo país, tras Francia, con el que España crea este consejo, dedicado a potenciar las relaciones militares y la industria de defensa.
España vendió a Portugal 12 aviones C-295 por 274 millones de euros en 2006 y aspira a venderle tres aviones de transporte A400M y tres radares tridimensionales Lanza, pero las relaciones en este campo apenas justificarían un organismo de este nivel. Se trata, según fuentes gubernamentales, de una deferencia hacia Portugal y un intento por superar históricos recelos y suspicacias recientes, como la negativa portuguesa a poner sus tropas bajo mando español en Líbano.
"La cooperación, el diálogo y el entendimiento son la mejor inversión de futuro", proclamó ayer Zapatero, quien llamó a olvidar "la desconfianza y el resabio" que han dominado tradicionalmente las relaciones entre vecinos. Lo dijo durante la colocación de la primera piedra del futuro Laboratorio Internacional de Nanotecnología. Hasta 200 investigadores trabajarán en este centro cuando esté a pleno rendimiento, en 2010. La construcción costará 30 millones de euros y su mantenimiento otros 30, aportados a partes iguales.
Zapatero, recibido por Sócrates en la Plaza del Ayuntamiento, donde una compañía les rindió honores militares, dijo que no costó ni un minuto de discusión ubicar el laboratorio en Braga. Sócrates reveló que fue Zapatero quien propuso poner su sede en Portugal. "Nunca olvidaré ese gesto de generosidad", agregó.Su director será el profesor de la Universidad de Santiago José Rivas. Aunque dedicado a la miniaturización tecnológica y científica, las instalaciones ocuparán 21.400 metros cuadrados y su diseño ha sido adjudicado a la firma germana M+W Zander.
La cooperación científica no impide, sin embargo, los roces de vecindad. Xoán Gómez, presidente de la Asociación de Profesionales de la Salud Españoles en Portugal (APSEP), advirtió ayer de que los investigadores españoles que trabajen en Braga se enfrentarán al mismo problema que los 3.000 médicos y enfermeros que ejercen en Portugal. Muchos sufren la persecución de la policía portuguesa por circular con matrícula española. Una reciente reforma legal permite usar las placas españolas a los que trabajan a menos de 60 kilómetros de la frontera. Braga está a 63. "Es insuficiente, una solución parcial", dijo Gómez, que exigió a los dos mandatarios que resuelvan la cuestión.
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