Farmacéuticas y las enfermedades del Sur
Actualmente, los laboratorios farmacéuticos se encuentran atenazados. Buscan un nicho para crecer en los países en desarrollo (Asia, América Latina...), pero se muestran incapaces de contribuir a mejorar el nivel de salud de sus habitantes más pobres. Dos estudios aparecidos simultáneamente, uno procedente de Oxfam, una organización no gubernamental (ONG) británica que lucha "contra la pobreza y la injusticia", y otro de F&C Investments, una gestora de activos británica (148.300 millones de euros de participaciones), señalan la misma incapacidad de la industria farmacéutica para elaborar una estrategia coherente frente a los países del Sur.
La encuesta de Oxfam, Invertir en la vida, estudia la estrategia de 12 grandes laboratorios con vistas a los precios, a la propiedad intelectual y a la investigación, y vapulea de paso su incapacidad "para establecer una política de precios coherente que tenga en cuenta la capacidad de pago de los más pobres".
La estrategia a corto plazo de los laboratorios en los países en desarrollo los priva de reducir sus costes de fabricación y de I+D
Precio de fábrica
Ciertamente, algunos laboratorios no registran patentes y venden a precio de fábrica en los países menos avanzados, "pero el proceso es limitado. No todos los laboratorios practican una política de precios diferenciados; esta iniciativa sigue estando localizada y no globalizada y, sobre todo, los precios propuestos siguen siendo inaccesibles". Un antirretroviral como el Kaletra, vendido por Abbott a 1.495 euros por paciente y año en Guatemala, choca con el hecho de que la renta anual media en este país es de 1.631 euros. Fue necesario, añade Oxfam, que el Gobierno tailandés proyectase importar genéricos para que Abbott redujera a la cuarta parte el precio del Kaletra para África y a la mitad para Tailandia.
Oxfam reprocha también a los laboratorios que no inviertan en la investigación de las enfermedades tropicales. "Entre 1999 y 2004, de las 163 autorizaciones de comercialización concedidas, se comercializaron tres medicamentos especialmente concebidos para los países en desarrollo".
A partir de un planteamiento diferente, F&C se une a Oxfam cuando afirma que la cuestión del acceso a los medicamentos en los países pobres ya no puede reducirse a donaciones de antibióticos o de antirretrovirales. En África o en Asia, un laboratorio debe tomar posición como "socio de salud". Lo que supone que renuncia al reparto tradicional "de funciones entre la empresa y el Gobierno". Si existen "carencias" en las estructuras estatales y hospitalarias de un país, el laboratorio debe trabajar para subsanarlas sin preguntarse si ésa es su misión.
Sobre estos cuatro aspectos (política arancelaria, investigación de enfermedades tropicales, donación de medicamentos y ayuda al sistema de salud), la undécima entrega de los indicadores Eurosif/Le Monde, EL PAÍS y La Stampa señala que los laboratorios informan cada vez más respecto a sus iniciativas en este ámbito, pero apenas las integran en una estrategia global coherente. "La información cuantitativa o relativa a los objetivos previstos por la empresa sigue siendo insuficiente", comenta Caroline Delerable, asesora del Departamento de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Ernst & Young, "en la medida en que se trata de programas locales o específicos".
Sin embargo, esta estrategia es todavía más urgente porque los problemas de salud de los países en desarrollo van más allá de los casos de sida o dengue: las personas hipertensas, cancerosas, con insuficiencias pulmonares y con diabetes se cuentan ya por cientos de millones en Asia, Oriente Próximo y América Latina. En este contexto, el acceso a los medicamentos significa para los países pobres el acceso a toda la gama de los productos de salud, y no solamente a algunos antirretrovirales o a algunas vacunas.
Opinión pública
F&C y Oxfam saben bien que un laboratorio no puede ser considerado responsable de la situación sanitaria de los países de África o de Asia. En cambio, uno y otro se unen para destacar que la opinión pública mundial se agarrará inicialmente a la responsabilidad de un laboratorio que se muestre incapaz de establecer sistemas de gestión de empresa adaptados, de invertir en la investigación de las enfermedades tropicales, de elaborar una política de precios equitativa, de organizar donaciones de medicamentos y de establecer una comercialización ética bajo la dirección de los médicos locales. "La estrategia a corto plazo de los laboratorios en los países en desarrollo los priva de cualquier posibilidad de reducir sus costes de fabricación y de investigación y desarrollo. Se siguen reproduciendo las mismas antiguas estrategias cortas de vista. En la actualidad, el mismo 15% de la población mundial sigue consumiendo un 90% de los medicamentos producidos en el mundo. A este ritmo, la industria y los pacientes son los perdedores", concluye Oxfam.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.