Creadores de imágenes
Cuando las modas pasan, permanece la verdad. Hay tantos autores de relumbrón pasajero que resulta difícil seguir la nómina de la actualidad. Pero a la postre, en la historia del cine acaban figurando en letras de molde sólo aquellos creadores que inventaron imágenes originales con que plasmar mundos propios. Las películas que ellos hicieron pueden verse una y otra vez sin que el tiempo les haga mella, más allá de maravillosas novedades tecnológicas. Aunque reflejaran la actualidad del momento y participaran activamente en su tiempo, lo han trascendido, y hoy, títulos como El apartamento, Ciudadano Kane, Vértigo, Los olvidados, Jules y Jim, Toro salvaje, La emperatriz Yang Kwai Fei o Al final de la escapada, por citar sólo algunas de las películas que se ofrecen en esta nueva colección, siguen teniendo plena vigencia, y aún tienen mucho que decir, especialmente a quienes por su edad no hayan tenido ocasión de verlas.
Cada año se producen miles de horas en formato audiovisual, bastantes de ellas con muestras de talento y con novedades en el lenguaje cinematográfico. Pero la velocidad es el signo de nuestro tiempo, y de la misma forma en que se producen y consumen, suelen caer en el olvido, para de inmediato ser reemplazadas en el mercado por nuevos productos. Existe una oferta cotidiana tan copiosa que resulta imposible disfrutarla sosegadamente. ¿Cómo valorarla si apenas hay tiempo para conocerla? Se está imponiendo un lenguaje cinematográfico único que permite la digestión rápida, el fast food de lo audiovisual.
De ahí que esta colección que la próxima semana presenta EL PAÍS sea una propuesta para el sosiego. Redescubrir con calma a grandes inventores del cine, Eisenstein, Fellini, Rossellini, Keaton, Renoir, Kurosawa, Bergman, Fritz Lang, Kubrick, Coppola, o volver a disfrutar con Almodóvar, Tim Burton, Clint Eastwood, Woody Allen, Tarkowski, Sergio Leone, David Lynch o Charles Chaplin, lo que puede devolvernos el sabio placer de ver películas que marcaron etapas brillantes de la historia del cine, algunas de ellas de cuando el llamado séptimo arte era aún el balbuceo de un lenguaje nuevo y autóctono, y otras, más recientes, en el que la imaginación se ha hermanado de nuevo con el talento. En esta colección se presentan veintiseis títulos imprescindibles, pero aún puede haber muchos más. Cuando el cine es realmente bueno y original, con el tiempo se transforma en clásico.
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