Renta Corporación entró en pérdidas en el cuarto trimestre por la crisis
La inmobiliaria revisa sus resultados y gana en 2007 la mitad de lo que preveía
El pinchazo inmobiliario y la crisis financiera han descalabrado por completo el plan de negocio de otra de las empresas destacadas del sector: Renta Corporación. La compañía catalana, que desde el derrumbe de Astroc siempre batalló para que no se metiera a todo el mundo en el mismo saco pero que no ha podido evitar que en un año se haya esfumado un 66,3% de su valor en Bolsa, entró en pérdidas en el cuarto trimestre de 2007.
Renta avisó ayer al mercado tras caer un 9,90% en Bolsa y un 13,97% el viernes
Así se desprende del anuncio a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) comunicado ayer, en el que para el conjunto del ejercicio pasado la empresa avanzó que no se superará una horquilla de beneficio de entre 33 y 35 millones de euros, casi la mitad de los 62 millones estimados inicialmente.
El anuncio se realizó con el mercado ya cerrado y después de dos jornadas bursátiles aciagas. El pasado viernes, la acción de Renta Corporación reculó un 13,97% y, ayer, otro 9,90% y cerró a 11,37 euros por título. El temor a que la desbandada de los inversores continuara contagiándose del pavor protagonizado en otras empresas del sector como Colonial forzó a Renta Corporación a dar explicaciones.
La compañía informó de que sus estimaciones definitivas para el ejercicio 2007 no superan ya los 515-530 millones de euros de ventas, con un resultado neto de 33-35 millones y un margen bruto de 93 a 98 millones. El grupo que dirige César Bardají calificó estas magnitudes de "positivas en las actuales circunstancias de mercado". También admitió que las cuantías, a las que se añade una cartera de existencias y derechos de hasta 1.380 millones, son "inferiores a las inicialmente previstas".
Las cuentas entre enero y septiembre arrojaron un resultado de 39 millones y unas ventas de 500,51. Estos resultados demuestran no sólo hasta qué punto se resintió el negocio en la recta final del año (en torno al 90% frente al mismo trimestre de 2006), sino también que el grupo entró en pérdidas en el cuarto trimestre, ya que el beneficio hasta septiembre fue superior al previsto ahora para todo el año.
La compañía, con una deuda de 660 millones, confirmó este extremo y lo atribuyó a la crisis crediticia y a su decisión de "reposicionar en 2007 y 2008 su cartera de existencias". La empresa que preside Luis Hernández de Cabanyes -con un 35,49% del capital y que se ha comprometido a "reforzar su posición" para "confirmar su confianza en la compañía"- afirmó que la ha revisado en la actual coyuntura y que ha decidido sacrificar aquéllas que no cumplan con los parámetros de "rentabilidad y máxima rotación".
Renta, que compra edificos, los transforma y los vende, aseguró no sólo que no ha querido malvender en muchos casos, sino que ha cancelado opciones tras caer en la cuenta de que no tendrían la salida al mercado en tiempo y dinero que se estimó cuando se suscribió la opción.
A estas circunstancias se han sumado las operaciones de venta ya preacordadas con otros inversores que, afectados por la actual contracción del crédito, no han podido obtener financiación para afrontar la compra, o bien han retrasado la operación.
Renta, que se curó en salud y dijo que sus consejeros no han vendido acciones, se verá obligada a revisar sus previsión de beneficios para este año. Primero eran de 75 millones. Se habían revisado al alza, hasta los 80.
El consejo de administración de la empresa, que como antídoto ahondará en la diversificación internacional, aprobará un nuevo plan estratégico 2008-2010 el 15 de enero.
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