Irán expulsa a un funcionario alemán por presunto espionaje
Irán anunció ayer la expulsión de un diplomático alemán por "actividades incompatibles" con su misión. A falta de más precisiones, todo parece indicar que se trata de la respuesta a una medida similar contra un enviado iraní que Berlín adoptó el pasado verano. La noticia, adelantada por la agencia alemana DPA, fue confirmada por el portavoz de Exteriores iraní, Mohamed Ali Hoseini.
"Los responsables reconocieron que esa persona estaba implicada en actividades ajenas a su condición de diplomático y anunciaron que tenía que abandonar la República Islámica de Irán", explicó Hoseini a los periodistas. La Embajada de Alemania en Teherán remitió al Ministerio de Asuntos Exteriores en Berlín, donde una portavoz se limitó a decir que uno de sus diplomáticos había salido de Teherán.
"Supimos ayer [por el sábado] que un colega alemán había sido declarado persona non grata, pero desconozco los motivos", manifestó a este diario una fuente diplomática europea. En el lenguaje de la diplomacia, esa clasificación equivale a una orden de salida inmediata del país en el que el diplomático está acreditado.
Represalia iraní
Hoseini no aclaró en qué consistían las "actividades incompatibles" del alemán, pero los periodistas enseguida recordaron la expulsión de Berlín el pasado julio de un diplomático iraní revelada hace un mes por el semanario Der Spiegel. Según esa revista, el agregado consular, identificado como Mohamed D., había intentado adquirir componentes para el controvertido programa nuclear iraní. Ni Irán ni Alemania desmintieron la información.
"No lo sé, pero da la sensación de que la situación está endureciéndose a ojos vista. Mientras que fuera parece que se dan pequeños pasitos hacia la normalización, dentro sucede todo lo contrario", interpretó el diplomático europeo consultado. Se refería, sin mencionarlo, a otra expulsión conocida poco antes, la del corresponsal del diario británico The Guardian en Irán.
Un portavoz del Ministerio de Orientación Islámica atribuyó esa decisión a que el periodista había adoptado una línea poco equilibrada en su tarea informativa. Sin embargo, diplomáticos y activistas de los derechos humanos opinan que es parte de una campaña contra las voces disidentes.
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