El Gobierno mantendrá el pulso en EE UU para lograr la indemnización por el 'Prestige'

El Gobierno seguirá peleando en los tribunales de Estados Unidos por obtener 1.000 millones de dólares de compensación por los daños del hundimiento del Prestige, en noviembre de 2002, cuando transportaba 77.000 toneladas de fuel. Ante la decisión de una juez de Nueva York de rechazar la demanda de las autoridades españolas contra la empresa American Bureau Shipping (ABS) que certificó apto para navegar el petrolero seis meses antes de la marea negra en la costa gallega, el Ejecutivo anunció ayer su intención de agotar todos los recursos contra esta resolución.

"No se cierra definitivamente el proceso", insistió la Abogacía del Estado, sino que, por el contrario, se logra un importante reconocimiento: la larga instrucción judicial en Nueva York, durante casi cuatro años, da por "probada e indiscutida", según los representantes del Gobierno, su principal tesis sobre las causas de la catástrofe: el viejo petrolero de propiedad griega y bandera de las Bahamas se accidentó y hundió frente a Galicia porque tenía un "fallo estructural", no a raíz de la decisión del Ministerio de Fomento de mantenerlo, herido, vertiendo fuel y en pleno temporal, alejado de la costa gallega. Mientras languidece en el pequeño juzgado de Corcubión (A Coruña) la instrucción de la causa penal por esta catástrofe, en la que están imputados el capitán griego y el entonces responsable de Salvamento Marítimo, el Estado español ve motivos para seguir con su demanda por la vía civil en EE UU dado que la juez rechazó por razones de forma y no de fondo su reclamación.

Laura Swain, la titular del Juzgado del Distrito Sur de Nueva York, no entra a valorar si ABS fue negligente. Se limita a dictaminar que no tiene "la jurisdicción necesaria" para atender esa reclamación. Swain da la razón a ABS en que el convenio internacional sobre responsabilidad civil por contaminación de hidrocarburos, que suscribió España pero no EE UU, obliga a presentar las demandas en el país que sufrió la catástrofe