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BILBAO RESPONDE A LA SENTENCIA DEL SUPREMO SOBRE EL RUIDO

"A alguien hay que molestar para limpiar"

El Ayuntamiento afirma que la nueva flota reduce las molestias a los vecinos

Los vehículos de limpieza que utilizaba el Ayuntamiento de Bilbao cuando fue denunciado en 2003 por un vecino que consideraba que el ruido que padecía resultaba excesivo están ya fuera de servicio. Las maquinas que se emplean en la actualidad, con una motobomba incorporada para regar las calles, se encuentran insonorizadas.

El 80% del trabajo de limpieza se ha trasladado al turno de mañana

El consistorio respondió ayer a la reciente sentencia del Tribunal Supremo que le condena a indemnizar con 10.000 euros al denunciante, que sufrió los ruidos de los servicios de limpieza los domingos a primera hora de la mañana (de 6.30 a 8.30) durante dos años. El Ayuntamiento basó su réplica en recordar que ha tratado de "mininizar las molestias" invirtiendo más de 14 millones de euros en la renovación de la flota de limpieza y cambiando los horarios de trabajo. "Tomamos nota de todas las quejas de los vecinos, pero a alguien tenemos que molestar para limpiar", recalcó el concejal de Obras y Servicios, José Luis Sabas.

En Vitoria y San Sebastián la limpieza de las calles se realiza básicamente por las noches y no ha motivado más que algunas quejas puntuales. En Bilbao, en cambio, el 80% de la carga de trabajo se ha trasladado en los últimos años al turno de mañana para reducir las protestas por ruidos nocturnos. La limpieza de las calles de la capital vizcaína comienza todos los días de la semana a las siete de la mañana, pese a que los técnicos municipales defienden que realizar esta tarea por las noches resulta más rápido y causa menos problemas. "Aún así, hay gente a la que le molesta", reconoció el jefe del servicio de Limpieza, Jesús Aresti.

El vecino que denunció al consistorio, Gabriel Marcos Rico, reside en el número 20 de la calle del Doctor Areilza, un inmueble que hace esquina con Licenciado Poza. En 2001, comenzó a protestar al Ayuntamiento por el ruido que le despertaba los domingos, cuando a las 6.30 los barrenderos comenzaban a limpiar los restos de la noche del sábado en una zona cuajada de bares. Los técnicos municipales ya reconocieron entonces que los niveles de ruido superaban los límites permitidos. Al no lograr que cesasen, Marcos recurrió a la justicia. El Supremo ha ratificado ahora la sentencia de 2003 del Tribunal Superior vasco que condena al consistorio a indemnizarle con 10.000 euros.

Marcos ha conseguido que el Supremo reconozca su derecho a no soportar ruidos que perturben la intimidad de su domicilio y que el Ayuntamiento debe pagarle por el daño causado, pero no quiere comentar la sentencia. Ayer respondió a una llamada telefónica de EL PAÍS para limitarse a señalar que no iba a hablar del caso.

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Sabas defendió los esfuerzos de la corporación para mejorar el servicio de limpieza reduciendo los perjuicios a los vecinos con la renovación de la flota, que definió como "maquinaria de última generación".

Hace dos años, el Ayuntamiento adjudicó el contrato de limpieza a la unión temporal de empresas FCC-GMSM. El contrato establece que el consistorio invertirá 14,98 millones de euros entre 2006 y 2008 para renovar la flota de limpieza y de recogida y transporte de basuras para lograr "la máxima mecanización de los servicios" y el uso de vehículos que reduzcan la contaminación acústica y atmosférica. Sabas destacó que su departamento está abierto a las sugerencias de los vecinos para mejorar el servicio de limpieza. "Si llegan más quejas las resolveremos", concluyó.

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