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Los franceses se divorciarán en el notario si están de acuerdo

El consentimiento evitará la mediación de jueces y letrados

Más de la mitad de los 150.000 divorcios que cada año se producen en Francia son de mutuo acuerdo entre los cónyuges. Los casos de divorcio representan el 13% de los tramitados por los tribunales. La actual ministra de Justicia, Rachida Dati, piensa que "si no hay conflicto respecto a intereses patrimoniales, si no existen problemas ligados a la existencia de hijos, ese tipo de contencioso bien pudiera resolverse ante un notario".

La idea central es liberar a los juzgados de un buen número de los miles de sumarios que asfixian su actividad, máxime ahora que una reforma del "mapa judicial" tiende a suprimir los juzgados en localidades pequeñas y cuyo ritmo de actividad no se estima suficiente como para justificar su existencia misma.

Para los 47.000 abogados franceses, el proyecto es "una agresión a la profesión". En efecto, muchos de ellos -los que viven de aportar su consejo en casos de divorcio sencillo, que se resuelven tras unos pocos meses de diligencias- ingresan por cada caso entre 1.000 y 4.000 euros de honorarios, una horquilla que se reduciría notablemente con la nueva iniciativa del Gobierno.

"Si este proyecto sigue adelante, los abogados no tenemos inconveniente en ocuparnos de registrar la compra y la venta de bienes inmobiliarios", ha manifestado indignado Paul-Albert Iweins, antiguo representante de los abogados colegiados en Francia.

Marcha atrás

El divorcio por mutuo consentimiento fue legalmente adoptado durante los primeros años de la Revolución francesa, pero el emperador Napoleón lo hizo borrar de la legislación gala Durante la presidencia de Giscard d'Estaing (1974-1981), impulsor de una serie de iniciativas liberalizadoras, sobre todo en cuestiones sociales, reapareció la fórmula que se mantiene vigente hasta hoy.

Una red de 8.600 oficinas notariales asegurará la viabilidad de la iniciativa anunciada por la ministra. Se trata de hacer frente al auge de los divorcios, que hace tan sólo 30 años oscilaban entre los 30.000 y 40.000 anuales y en la actualidad superan los 150.000. Y también de resolver de una manera ágil la ruptura de los cada vez más extendidos contratos PACS, es decir, el contrato civil de una pareja, del mismo sexo o no, que garantiza ciertas ventajas fiscales. En la actualidad más de 70.000 parejas francesas han optado por ese tipo de contrato al tradicional matrimonio que, precisamente, es de más fácil ruptura.

Para los abogados, el principal peligro está "en que la persona dominante en la pareja pueda llevar a la dominada ante el notario sin que ésta sepa que va a firmar una convención que pudiera no respetar todos sus intereses". Los abogados, liderados por Iweins, han amenazado con secundar, hoy, una huelga en las principales ciudades francesas. "De esa forma manifestaremos nuestra determinación y exasperación".

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