¿Vale cocodrilo como animal de compañía?
Polémica en Barcelona por los caimanes del Gran Circo Universal
Una insólita polémica por un número de doma de cocodrilos ha estallado con motivo de la visita a Barcelona del Gran Circo Universal. El joven domador Richard Casu (Girona, 1983) presenta en el marco del espectáculo, genéricamente denominado Princesas por una noche, a su grupo de escamosas y dentudas criaturas, a las que hipnotiza y en cuyas fauces introduce la cabeza. Hasta ahí, todo normal. Pero el circo, que ha recalado en el parque del Fórum, ha recibido una advertencia de las autoridades municipales para recordarle la normativa vigente en la ciudad que prohíbe la exhibición en espectáculos de animales exóticos y salvajes. ¿Entran los cocodrilos en esa categoría? Así parecería en principio si se piensa en Gustavo, el célebre cocodrilo gigante de Burundi, muy peligroso cuando sale del río Ruzizi en busca de hembras y se merienda a entre 10 y 20 personas por desplazamiento. Pero ¿son comparables los caimanes de Casu? Los responsables del circo han elegido una curiosa línea de argumentación para defender la presencia de cocodrilos en su espectáculo: son animales de compañía.
La italiana Ida Casu, madre del joven beluario y domadora de caimanes ella misma en sus años mozos, recalcó a este diario que los cocodrilos de la familia (18, de los que 7 actúan en el número de Richard) están perfectamente en regla, con su CITES y todo. "Tienen sus tarjetas y sus chips, como perros, y son animales de granja". Ida Casu, que recordó que anteriormente han actuado en Barcelona sin problemas, señaló la paradoja de que uno puede tener los más asombrosos reptiles en casa y calificó la actitud municipal respecto a sus cocodrilos de "discriminatoria", denunciando que en el zoo "trabajan delfines cada día y nadie dice nada". Además, los caimanes familiares apuntó, ni siquiera se cansan, pues todo el trabajo lo hace el domador, pues así, pasivo -uno está tentado de añadir que a Dios gracias- es el carácter habitual de los saurios.Los caimanes del circo, por si fuera poco, viven como príncipes: no sólo no los convierten en bolsos, sino que el tráiler que les sirve de residencia reúne todas las comodidades: piscinas, calefacción, videocámara 24 horas. "Es mejor que mi caravana", sentenció Ida Casu. No está claro qué pasará hoy, en la primera función. ¿Van a actuar? "Siete personas vivimos de esto, tenemos que comer", dijo la madre del domador de cocodrilos.
Sobre si no le preocupa que su hijo se arroje cada día a los caimanes, Ida Casu manifestó: "Sigue la tradición familiar, que es bonito. Como madre me preocupo lo normal. Pero confío en su capacidad de entenderlos y si pasa algo ahí estamos su padre y yo para intervenir".
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