Rubalcaba se fija como objetivo que Batasuna "no reviva"
Ya se sabía y la prueba es que el Gobierno ha decidido dar vía libre a la ilegalización de ANV en cuanto la Abogacía del Estado encuentre las pruebas necesarias para proceder contra ella ante los tribunales. Pero fue ayer cuando el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, oficializó su declaración de guerra al entramado político y civil de ETA, al hilo de la presentación del libro de Txiki Benegas Diario de una tregua, una oportunidad perdida, aunque no citó a ANV en ningún momento.
Rubalcaba utilizó un símil con el anagrama de ETA, el hacha y la serpiente. "En esta tregua, el hacha se ha llevado la cabeza de la serpiente. Hay que quitarle el hacha y que la serpiente no reviva". Y para que no hubiera dudas con el símil dijo que ETA no sólo son los comandos o los de la kale borroka. Y que el Gobierno la "combate en todos los frentes", en referencia a Batasuna.
El ministro del Interior sostiene que la última experiencia de alto el fuego le lleva a concluir la absoluta dependencia de Batasuna respecto de ETA. Y cómo, una vez perdida esta oportunidad, por su dependencia de la banda, la única salida es su aislamiento político porque el Gobierno no está dispuesto a darle a Batasuna la baza de movilizarse en torno a las candidaturas de ANV para las elecciones.
Tampoco está dispuesto a facilitar la otra pata de la estrategia de Batasuna, la movilización en torno a la Y vasca ferroviaria. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, advirtiera ayer en Vitoria que la obra es "irreversible". Benegas, que junto a Ramón Jáuregui y Diego López Garrido, asesoraron a Rubalcaba durante el proceso, concluyó, de la experiencia de la tregua, que ésta ya no debe atenderse, salvo que sea para fijar el cese definitivo de las armas.
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