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Reportaje:

La tortura como ciencia exacta

El Centro Andaluz de Teatro estrena 'In nomine Dei', de José Saramago

Margot Molina

José Saramago escribió In nomine Dei en 1993, cuando aún el mundo no se había enfrentado al horror del atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York ni al resto de horrores que le han sucedido. La obra, que se estrenó el pasado miércoles en Sevilla, en el Centro Andaluz de Teatro (CAT), bajo la dirección de José Carlos Plaza, es un bello alegato contra la intolerancia y el fanatismo que siempre ha existido. Su puesta en escena está ahora más justificada que cuando el Nobel la concibió.

In nomine Dei se basa en un hecho real: la matanza en el siglo XVI de los habitantes del pueblo alemán de Münster. La rivalidad entre protestantes y católicos hizo que sus 14.000 vecinos se mataran entre sí hasta que sólo quedaron 2.000. "No hemos mejorado nada, al revés, hemos refinado los métodos y la tortura se ha vuelto una ciencia exacta", dijo Saramago el pasado lunes en Lanzarote. Se presentó en el lugar donde reside porque su salud no le permitió viajar a Sevilla.

El estreno, al que se acudió por invitación y que presenciaron protagonistas de la escena y la política, estuvo ayer precedido por las palabras de Saramago. El escritor, quien se confiesa ateo moderado, apareció en una pantalla para decir que sentía "envidia del público" por estar él "lejos, donde no quería estar". Saramago recordó que In nomine Dei es teatro de la palabra, para comunicar, y que su tema es "la intolerancia, la crueldad, el odio al otro, a veces sin justificación". "El infierno está aquí y mientras no nos convenzamos de ello, vamos a sufrir muchísimos disgustos", concluyó.

José Carlos Plaza ha contado con 26 actores que dan vida nada menos que a 190 personajes y que se mueven por un espacio inmenso: las ruinas de una ciudad que ha creado el escenógrafo portugués José Manuel Castanheira. Carlos Álvarez-Novoa, Idilio Cardoso, Juan Cabrera, Chema del Barco, Israel Frías, Carmen León y Mercedes Hoyos son algunos de los actores que, además, cantan a capela las composiciones de Mariano Díaz inspiradas en la música religiosa del Renacimiento. "La escenografía es muy compleja y a los actores les ha resultado duro acostumbrarse, pero he querido poner sobre el escenario una metáfora de la destrucción. Evocar lo que se siente cuando se visita las ruinas de lo que en otro tiempo fue una gran ciudad y trata de adivinar cómo sintieron sus habitantes", dijo el escenógrafo.

A pesar de sus tres horas de duración con entreacto, el público parecía hipnotizado ante la fuerza coral de los actores y el efectismo de una puesta en escena muy cercana a la ópera. El olor a incienso invadió el espacio en el que Plaza supo rememorar el odio que sintieron esos hombres. La austeridad y la fuerza que impuso Álvarez-Novoa a su personaje, una de las principales voces de los anabaptistas, contagia de dignidad a ese personaje que, como dice en escena es, al menos, "fiel a su conciencia".

Saramago ha dibujado entre tanta crueldad rasgos de coherencia, como los de Gertrud (encarnado por Mercedes Hoyos), mujer de Jan van Leiden, quien primero se cree profeta y más tarde se autoproclama Rey del pueblo de Münster. La obra enfrenta a estos personajes crueles, pero con conciencia, a la vileza de Jan van Leiden, representado por Israel Frías, y logra hacer de él un rey infame. La historia, contada desde la óptica de los anabaptistas, termina como fue en realidad: una victoria católica, tan cruel como el resto de la batalla, en la que al final un personaje dice: "Puede que Dios sea católico".

In nomine Dei estará en el teatro Central de Sevilla hasta el domingo y repetirá del 9 al 27 enero. Después viajará por el resto de Andalucía hasta marzo de 2008.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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