Las ONG denuncian pasividad ante el aumento del racismo
"Se busca persona para compartir piso, abstenerse extranjeros". Frases como ésta se pueden leer en los anuncios clasificados de la prensa española. Un botón de muestra del creciente racismo de la sociedad española: agresiones a extranjeros en la calle, protestas contra la apertura de centros religiosos musulmanes, dificultades para acceder a los colegios concertados y sueldos más bajos que los que cobran los españoles -una empleada doméstica suele ganar unos 10 euros la hora mientras que las marroquíes o polacas rara vez se consiguen que les paguen más de 7 u 8-. La Red Europea contra el Racismo, integrada por 25 ONG, ha denunciado en un informe presentado ayer que la acción del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en esta materia es "deficiente" y "no prioritaria", a pesar de que el problema sigue creciendo.
El código penal recoge una circunstancia agravante de discriminación racial, pero, según el informe, los jueces la "aplican poco". "Y los delitos relacionados con el racismo no son castigados como tales sino, en la mayoría de los casos, como faltas", señaló el coautor del informe y miembro de SOS Racismo Diego Lorente.
Estadística necesaria
Además, no se lleva ninguna estadística judicial ni gubernamental de cuándo se aplica, por lo que resulta imposible determinar el número de agresiones racistas que se producen al año en España ni si ha habido un aumento o disminución respecto a años precedentes.
Las ONG coinciden en que elaborar una estadística oficial es el primer paso, necesario, para verificar la dimensión del problema y estudiar la mejor forma de atajarlo. Diego Lorente denunció también que España sigue sin crear un organismo para trabajar por la igualdad de trato de todos los ciudadanos a pesar de que la normativa europea lo recomendaba hace ya años.
El informe señala que casi un millón de personas residen en España de forma irregular -dato que se ha obtenido cruzando el número de permisos de residencia con el de empadronados- y, por tanto, "sin derechos, lo que las convierte en víctimas de cualquier tipo de discriminación".
Durante 2006 y en el primer semestre de 2007, las principales víctimas del racismo y la xenofobia han sido, según el informe, las personas de etnia gitana y los marroquíes.
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