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Menos agua pero sin alarma

Los valencianos afrontan otro año de sequía en el campo. Cataluña sufre la peor situación de la última década y Madrid lleva 12 meses sin restricciones.

La Comunidad Valenciana tiene más agua que hace un año, pero está lejos de superar la sequía. Los embalses del Júcar están al 18,6% de su capacidad y los del Segura al 14,3%. Siguen a la cola de España, donde las reservas están al 41,9%, trece puntos menos que en el mismo periodo de 2006.

La amenaza de sequía se vuelve a instalar en el país, aunque afecta fundamentalmente a la cuenca mediterránea, donde los embalses apenas llegan a un tercio de su capacidad (31%) cuando hace un año rondaban el 40%. EL PAÍS ha analizado la situación en seis autonomías y ha preguntado a gobiernos y confederaciones hidrográficas por las medidas que aplicarán si la situación continúa:

MADRID Más capacidad de almacenamiento

Acaba de cumplirse un año desde que la Comunidad de Madrid pusiera punto final a las restricciones en el consumo que mantuvo durante los dos ejercicios seguidos de sequía, pero las reservas de agua no están aún para tirar cohetes. El agua embalsada apenas llega al 64% de su capacidad (605,845 hectómetros cúbicos), levemente inferior al agua almacenado en estas fechas de hace un año.

Por eso, el Canal de Isabel II, la empresa pública de aguas de Madrid, tiene previsto gastar 400 millones de euros en 2008 en inversiones que aumenten la capacidad de abastecimiento. Eso incluye ampliar las estaciones de tratamiento de agua (como la de Almoguera-Algodor, en el Tajo), o el programa Madrid Depura, que supone la depuración y saneamiento de 70 hectómetros cúbicos anuales.

Los madrileños van a encontrarse en enero con una notable subida en sus facturas: el 4,8% (siete décimas por encima del índice de precios al consumo de noviembre), según anunció el Gobierno regional (PP) hace una semana, justificado en "los proyectos de inversión en depuradoras". En los próximos cuatro años, el Ejecutivo prevé aumentar la capacidad de los pantanos en 100 hectómetros cúbicos para consumo humano y otros 50 para uso agrícola. Frente a la escasez de agua, el Gobierno de Esperanza Aguirre le ha echado la culpa a José Luis Rodríguez Zapatero al reclamar hasta el hartazgo el trasvase a Madrid de 200 hectómetros cúbicos aún cuando el Gobierno asegura haberlos cedido ya.

CATALUÑA El peor momento de los últimos diez años

Los recursos hídricos de Cataluña se encuentran en el peor momento de los últimos diez años. "Sequía extrema", alertan desde la Generalitat. "Sequía estructural y con pocas posibilidades de revertir", advierten los expertos. Durante septiembre, octubre y noviembre ha llovido un 40% menos de lo que es habitual para esta época del año. Poca lluvia, que además no ha caído sobre las cabeceras de los ríos, que son los que llenan los embalses.

Las cifras que arrojan los pantanos catalanes también son preocupantes: se encuentran al 29% de su capacidad, frente al 54% que registraban en diciembre de 2006. Esto implica restricciones de agua para usos agrícolas, generación de energía hidroeléctrica y límites para el riego de parques y jardines públicos.

Según las proyecciones que maneja el Gobierno catalán, Cataluña entrará en fase de emergencia en marzo de 2008, lo que ya podría significar restricciones de agua para uso doméstico.Ante esta situación, los expertos fijan su atención en la política de trasvases: "Las desaladoras no nos van a solucionar el problema porque su funcionamiento tiene un coste energético impresionante. Es hora de ir abandonando el dogma antitrasvases que se puso de moda hace unos años y traer el agua del Roine", señala Josep Dolz, investigador del departamento de Ingeniería hidráulica, marítima y ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña.

GALICIA Campos amarillos, embalses a la mitad

La verde Galicia se enfrenta a la más grave sequía invernal de su historia. Con los embalses a la mitad de su capacidad habitual en estas fechas y los campos más amarillentos que nunca, el Gobierno gallego ha decidido tomar medidas por si en los próximos meses la "excepcional" escasez de lluvias persiste, una situación que los primeros pronósticos meteorológicos consideran probable.

La Consellería de Medio Ambiente está diseñando un plan de obras para garantizar el abastecimiento de agua a todos los núcleos de población y no descarta ejecutar los trabajos por trámite de urgencia. "Nos queremos adelantar a la posibilidad de que la primavera también sea seca, lo cual sería muy preocupante", señalan fuentes de este departamento. Las ciudades tienen el suministro asegurado durante 45 días en caso de que del cielo no llegara a caer ni una gota.

En el campo también han saltado las alarmas. Las granjas de vacas necesitan mucha agua para mantener la producción de leche y en los acuíferos de los que se surten ya no reina la abundancia. La Xunta ha preparado camiones cisterna y tomas alternativas para llevar agua a aquellas explotaciones que detecten que sus manantiales están secos. Y de sus oficinas empiezan a salir las primeras cartas dirigidas a los alcaldes para recomendarles que limiten el uso del agua para regar calles y jardines.

El llamamiento se ha extendido a la ciudadanía. En una comunidad en la que el agua se ha considerado siempre un bien inagotable, el Gobierno pide que se abra el grifo con moderación. Hasta ahora la Xunta no se había planteado medidas de ahorro y la red de tuberías tiene tantas fugas que se pierde la mitad del caudal que transportan.

EUSKADI Tranquilidad

La situación en Euskadi es totalmente tranquilizadora. Los principales embalses -los del Zadorra, cerca de Vitoria, que abastecen a la capital alavesa y el Gran Bilbao, y el de Añarbe, a la comarca de San Sebastián- se encuentran a cerca del 70% de su capacidad, por lo que las autoridades no tienen prevista ninguna medida especial. La situación es totalmente diferente a hace un año, cuando por estas fechas los embalses del Zadorra almacenaban la mitad de las reservas actuales y se encontraba ya en el umbral del inicio de sequía. Las abundantes precipitaciones de los primeros meses de este año llevaron incluso a que el Zadorra superase en marzo la llamada curva de garantía, establecida en 170 hectómetros cúbicos para evitar problemas de inundaciones en Vitoria en las situaciones en que se desembalsa agua.

Desde 1990, los responsables de las reservas de agua, que son los consorcios que agrupan a ayuntamientos en comarcas, se han esforzado en limitar el consumo para evitar problemas en épocas de sequía. Desde los 90 se han logrado disminuciones de hasta un 25%.

Para su utilización más racional, el Gobierno vasco aprobó el pasado año la Ley de Aguas, que entró en vigor el pasado 19 de enero. Una de las novedades de la normativa es que fija un canon ecológico al sector agrícola e industrial por sus consumos, con los que espera recaudar 7,5 millones de euros.

El Ejecutivo quería extender este canon a los hogares, en función del número de miembros, pero ha desistido de hacerlo. El argumento oficial es que, tras los estudios realizados, se ha comprobado que no se supera la media de 130 litros por persona y día fijado como el límite para la exención del impuesto. Pero ha influido sobremanera la presión de los consorcios debido a las dificultades para gestionar su cobro. En algunas comarcas, los abonados ni siquiera reciben una factura detallada y los contadores no se revisan cada trimestre, por lo que expertos en la gestión del agua ya anticiparon hace casi un año de la dificultad de aplicar el canon.

La ley pretende, además, acabar con otro problema: casi la mitad del agua que se consume en Euskadi no se factura, debido a que es utilizada para usos agrícolas y servicios públicos o se pierde por las fugas de la red de distribución. El Gobierno se ha marcado como objetivo para 2020 que sólo se quede sin ser tarifado el 25% del volumen consumido, a través de medidas como que el sector agrícola y los servicios públicos de bomberos, limpieza viaria y riego de jardines instalen contadores.

Para asegurar futuras necesidades de la comarca de Bilbao, está pendiente la construcción del embalse de Herrería, en el límite del norte de Álava con Burgos, pero el proyecto se encuentra paralizado.

La consejería vasca de Medio Ambiente es reticente a construir nuevas presas por el impacto que tienen.

Información elaborada por Sara Velert, Rosa Biot, Sonia Vizoso, Soledad Alcaide, Fernando J. Pérez, Alberto Uriona y Jaume Bauzá.

El embalse de Sitjar en la provincia de Castellón almacenaba el 69% de su capacidad ayer por la mañana.
El embalse de Sitjar en la provincia de Castellón almacenaba el 69% de su capacidad ayer por la mañana.JESÚS CÍSCAR

Andalucía mira al cielo

Andalucía encara el cuarto año consecutivo de sequía con gran preocupación por el futuro de los regadíos. Las reservas medias de los embalses de la región -dividida en tres cuencas: Guadalquivir, Mediterránea y Atlántica- se encuentran al 34%, tres puntos menos que hace un año. Tanto en la cuenca del Guadalquivir como en zonas de la provincia de Málaga se han prorrogado los decretos de sequía. Los cultivos de cítricos son los más perjudicados. Andrés García, de la cooperativa agrícola Malaka, con sede en Álora (Málaga), afirma que la producción en el valle del Guadalhorce, el más afectado por las restricciones, ha bajado de entre 120.000 y 150.000 toneladas en 2000 a entre 40.000 y 60.000 en la última campaña. "Se han perdido 12.000 jornales desde 2002", calcula García, que reclama una mejor gestión del agua en esa zona.

El director gerente de la Agencia Andaluza del Agua, Juan Corominas, confía en que la falta de precipitaciones no suponga restricciones para el consumo humano. De los 24 sistemas en que está dividida la cuenca del Guadalquivir, nueve se encuentran en situación de emergencia, lo que significa que disponen de agua para atender la demanda de menos de un año.

En la costa andaluza, la gran esperanza está puesta en las doce desaladoras de agua de mar previstas para los próximos tres años. Ahora funcionan cinco, que producen 95 hectómetros cúbicos anuales. Otras cuatro desaladoras en las provincias de Málaga, Granada y Almería se encuentran en construcción y tres están en proyecto.

Restricciones al regadío en Valencia y Alicante

La Comunidad Valenciana no aparta la vista de las nubes. Las reservas en los embalses han crecido respecto a 2006. Hay más agua, pero la situación está lejos de permitir alegrías después de tres años de dura sequía. Las confederaciones hidrográficas del Júcar (CHJ) y del Segura (CHS) garantizan un ejercicio más sin cortes en el suministro urbano. Las restricciones se impondrán de nuevo al campo. En Valencia, el río Júcar sigue en estado de alerta, siempre cerca de la emergencia, por lo que se estima que los regantes dispondrán sólo del 50% del agua de un año sin recortes. También los del Turia deberán conformarse con la mitad del caudal habitual. En Castellón no habrá problemas.

La CHJ puntualiza que esta previsión de recortes puede variar y se concretará en marzo, con las lluvias del invierno contabilizadas. En el sur de Alicante y en Murcia, donde gestiona los recursos la CHS, la agricultura vive pendiente de pozos y del trasvase Tajo-Segura. Afrontarán otro año complicado porque las reservas están "bajo mínimos" y es posible que éste sea el peor año hidrológico "de la historia", explica su presidente, José Salvador Fuentes Zorita. Aunque el abastecimiento no peligra, las más de 70 poblaciones alicantinas y murcianas a las que suministra la Mancomunidad de Canales del Taibilla han necesitado trasvases desde el Júcar para superar los veranos.

Para aliviar algo la carga, el Gobierno ha eximido en parte a los regantes de tarifas de conducción y uso de infraestructuras. Pero los intentos de fijar precios del agua por sectores han fracasado, y el agrícola, que es el que más consume, sigue regido por una selva de tarifas.

El Ejecutivo ha aumentado el gasto en obras para ahorrar agua, reutilizar la depurada, modernizar regadíos y abrir pozos, lo que ha compensado en parte las restricciones sobre el caudal de los ríos. En Alicante y Murcia, la solución a largo plazo se fía principalmente a las desaladoras, algunas ya en marcha.

La Generalitat también ha reforzado la inversión en depuración y reutilización, pero insiste en reivindicar el trasvase del Ebro. Instalado en la guerra del agua, el Consell ha levantado la bandera del trasvase cada vez que el Gobierno ha pedido más ahorro en el consumo urbano y turístico. Aunque hay municipios que han limitado el riego de jardines y han pedido mesura en el llenado de las piscinas durante la sequía, el Consell no ha liderado iniciativas destacables que incidieran en un mayor control y el PP rechaza una penalización en los recibos.

Sin embargo, en los municipios alicantinos se está imponiendo la facturación por tramos, en la que los primeros metros cúbicos son más baratos. Todo lo contrario que en Valencia, donde se castiga el ahorro al aplicar a todo consumo la misma cuota de servicio. Además, una parte de los contadores están por cambiar y tienen precios distintos. Al final, el metro cúbico sale a 1,7 euros en un recibo medio de 20 gastados, mientras que con sólo 5 metros cúbicos se paga por cada uno 4,4 euros, y al que consume 12 le salen por 2,4 euros. El Consistorio pretende corregir la situación en 2008 con bonificaciones al ahorro del 25% por recibo cuando se usen menos de 12 metros cúbicos.

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