Un laboratorio francés detecta dosis altas de radiación en Huelva
Greenpeace dice que los datos revelan el problema medioambiental
El Centro de Investigación y de Información Independiente sobre la Radiactividad (Criirad), un laboratorio francés ajeno a los organismos oficiales, ha detectado altas concentraciones de radiactividad en Huelva. Con lo que, según la organización ecologista Greenpeace -que le encargó el estudio-, se confirman sus denuncias sobre el "grave problema medioambiental y sanitario que vive la zona". Por su parte, tanto la Junta de Andalucía como el Consejo de Seguridad Nuclear afirman que los niveles se encuentran dentro de lo normal.
Huelva tiene en sus inmediaciones varios puntos muy preocupantes en lo medioambiental, según Greenpeace. Por un lado, se encuentran las balsas de fosofoyesos, los residuos de la fábrica de fertilizantes Fertiberia, que se acumulan a toneladas en 1.200 hectáreas de terreno, a 500 metros de Huelva. Allí, el Criid ha detectado presencia de sustancias radiactivas ya denunciadas anteriormente, como el radón en la atmósfera y el radio 226, así como el polonio 210 -sustancia que se hizo famosa por ser con la que se envenenó al espía ruso Alexander Litvinenko- tanto en tierra, polvo y agua. El laboratorio francés recomienda confinar estos residuos en un cementerio nuclear. Los estudios del CSIC y de las Universidad de Huelva y Sevilla no han encontrado niveles peligrosos de radiación.
Cerca, en las marismas del Mendaña (que dan al Tinto), se encuentra el Centro de Recuperación de Inertes (CRI) número nueve, donde se depositaron las cenizas del accidente de la planta de Acerinox de 1998. Las cenizas del CRI nueve también son radiactivas. Para Greenpeace, el problema no es únicamente el nivel de toxicidad, sino también la seguridad de los enclaves donde se almacenan los residuos peligrosos. A mediados de septiembre, los ecologistas denunciaron que en el CRI nueve se estaban produciendo filtraciones del isótopo artificial cesio 137 a las aguas de Mendaña que van a parar al Tinto.
Por contra, la Junta recuerda que sólo unos días después de que los activistas 'verdes' tomasen muestras, técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear y de la propia Geofisa -empresa encargada por Egmasa para tomar mediciones periódicas- detectaron niveles de radiactividad "poco significativos" y "limitada" en cuanto al cesio 137.
Pero los ecologistas se reafirman en sus denuncias. "El Criirad ha estudiado las muestras de agua y lodos contaminadas por ese vertido que Greenpeace mandó a analizar", afirmaron ayer. Y las cifras han sido rotundas, pues el laboratorio francés ha llegado a medir 3.200 bequerelios por kilogramo, "cuando la cifra debía ser simplemente cero, porque el cesio 137 es un isótopo artificial que no se encuentra en la Naturaleza", destacan los ecologistas.
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