Lula promete 15.000 millones para acabar con las favelas
Primera visita del presidente de Brasil a un suburbio de Río
Recibido al son de samba, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó la favela de Cantagalo, en Río de Janeiro, protegido por un impresionante operativo de seguridad y arropado por varios ministros y el gobernador del Estado de Río, Sergio Cabral. "Aquí habita la esencia de la raza brasileña (...) los pobres son la sustancia del pueblo", dijo Lula, que aprovechó su primera visita a una favela desde que es presidente (enero de 2003) para anunciar inversiones por 680 millones de euros.
La ayuda se repartirá en las tres grandes áreas urbanas del país
Informe del Banco Interamericano de Desarrollo |
El Gobierno quiere construir infraestructuras que mejoren la calidad de vida de los habitantes de ésa y otras favelas cariocas: un millón de personas de los seis que viven en Río.
El plan del Gobierno es dotar de infraestructuras a las favelas de las grandes urbes brasileñas: Río de Janeiro, São Paulo y Belo Horizonte. En total, el presidente prometió 15.000 millones de euros para las tres áreas hasta 2010. Además de agua corriente y alcantarillado, transporte, escuelas y centros sanitarios. Como dato ilustrativo: en la favela, el índice de analfabetismo es del 30%, mientras que en un barrio de clase media de Río es del 6%.
Lula también pretende dar a los habitantes de las favelas los títulos de propiedad de sus parcelas. Ésta es una promesa muchas veces incumplida, pero ayer el ministro de las Ciudades, Márcio Fortes, aseguró que con este nuevo plan de una vez para siempre "se les va a cambiar la cara a las favelas". El gobernador Cabral insistió en que esos títulos llegarán a sus dueños.
La gente espera que el Gobierno cumpla esta vez y Lula sabe que si no hace algo por recuperar las favelas, ese Estado paralelo en manos de los narcotraficantes que crece en los barrios marginales será cada vez más poderoso. "Río no puede aparecer sólo en las páginas policiales. No es normal ni justo. Es verdad que hay bandidos, como en cualquier lugar del mundo, pero el 98% son personas que quieren trabajar y estudiar", afirmó Lula. Aparte de los narcos, los habitantes de las favelas viven amenazados también por las "milicias" de policías corruptos y escuadrones de la muerte.
El poder de los narcos es inmenso, el presidente tuvo que entrar a la favela en medio de una comitiva de cuatro coches ultrablindados, todos iguales, protegido por militares, policías y hasta infantes de Marina. Tuvo que hacerlo por tierra porque si utilizaba un helicóptero corría el riesgo de ser derribado por los criminales, que poseen lanzacohetes y ametralladoras pesadas. Con estas armas, los narcos ya estuvieron a punto de derribar algún que otro helicóptero de la policía.
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