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Reportaje:Universidad

Corderos para investigar el cerebro

Investigadores de Cruces y la UPV utilizan reses ovinas como modelo experimental para desarrollar terapias contra la hipoxia en el feto

Un grupo de investigadores del Hospital de Cruces y la Universidad del País Vasco (UPV) ha desarrollado un modelo experimental para evaluar el daño ocasionado en el cerebro de un feto por la falta de oxígeno (hipoxia) y de riego sanguíneo en el útero materno. Su aplicación futura servirá para ensayar terapias que palien las consecuencias de la encefalopatía hipóxico-isquémica, un problema que afecta a entre dos y cuatro de cada mil recién nacidos.

Lo llamativo es que el modelo se ha experimentado tomando como modelo para los fetos humanos los de corderos que no han completado su gestación. Los conocimientos adquiridos con esta técnica "permitirán desarrollar estrategias terapéuticas con las que minimizar los daños" en los fetos humanos que sufran este tipo de asfixia, explica el coordinador del grupo de investigación, Enrique Hilario.

"No vamos a llevar el modelo a las estanterías de los hospitales" El trabajo acaba de recibir un premio de investigación sobre neonatología

Este trabajo ha recibido el premio Ordesa de investigación sobre neonatología.

El equipo trabaja con corderos -"cumpliendo las normativas de protección de animales", subraya su responsable- porque esta especie resulta "más próxima al ser humano que las ratas que se suelen utilizar", aunque también está probando utilizar como modelo a cerdos, cuyas semejanzas con el hombre son aún mayores. Otra ventaja es que el tamaño de la cría de oveja es similar al de un neonato humano.

La encefalopatía hipóxico-isquémica mata las neuronas, lo que puede originar parálisis cerebral y otras discapacidades que afectan a la movilidad, la conducta y la capacidad intelectual. Entre dos y cuatro de cada mil recién nacidos sufren algún grado de asfixia perinatal, ocasionada porque el cordón umbilical se voltea y el neonato no recibe oxígeno suficiente. "Durante años ha habido problemas para que los niños nacidos prematuramente respiraran. Ahora conseguimos resucitarlos con sistemas de respiración asistida, pero su cerebro es aún inmaduro y muchos terminan en una silla de ruedas de por vida", explica Hilario.

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Además de haber desarrollado el modelo experimental, los investigadores lo emplean para medir el efecto de sustancias neuroprotectoras como el sulfato de magnesio y los endocannabinoides. "A medio plazo, y tras muchos ensayos clínicos, se suministrarían a los fetos que presenten riesgos o sufrimiento inoculándoselo a la madre para que se lo transmita por la placenta", aclara. Prueban igualmente técnicas como la hipotermia: unos tubos con forma de gorro reducen la temperatura del cerebro logrando que la asfixia no dañe a las neuronas.

"Chequeamos si hay células que mueren, y a qué zonas del cerebro afectan. Cuando hay agresión por vuelta del cordón, hay células que mueren directamente por necrosis, pero otras han quedado heridas e intentan recuperarse. Si no lo consiguen, inician la llamada muerte celular programada. Son esas células heridas las que podríamos recuperar con los tratamientos", abunda el pediatra.

Para investigar estos procesos, se practica una cesárea a la oveja y se somete a su feto a una ligadura parcial del cordón umbilical, de manera que se puede medir el daño por la asfixia. Este animal puede también ser examinado dentro de la madre: "Abrimos el útero y trabajamos con el corderito parcialmente expuesto, mientras que sigue nutriéndose y respirando con el cordón umbilical".

El científico prefiere, "por prudencia", no predecir cuándo se podrán aplicar a humanos los avances probados en corderos. Recalca que el grupo no va a explotar el modelo. "Nosotros queremos que el modelo tenga repercusión, pero no vamos a llevarlo a las estanterías de los hospitales. Si un centro científico tiene interés, lo desarrollará", recalca.

El grupo está formado por tres equipos multidisciplinares. El proyecto ha sido dirigido por el que encabeza el catedrático en Pediatría de la UPV Adolfo Valls, junto con miembros de la Unidad Neonatal de Cruces. El equipo de Hilario, compuesto por docentes de la universidad pública, se encarga de lo relacionado con biología celular, zoología y neurociencia. Por último, ingenieros de la Escuela de Náutica de la UPV desarrollan ventiladores para facilitar la respiración asistida. Estos prototipos han sido protegidos con dos patentes y se está tramitando su explotación industrial.

Encefalopatía hipóxico-isquémica

- Se produce cuando el feto no recibe suficiente aporte de oxígeno.

- Mata las neuronas, lo que puede causar parálisis cerebral y otros daños en la la movilidad, la conducta y la capacidad intelectual.

- Entre dos y cuatro de cada mil recién nacidos sufren algún tipo de asfixia perinatal porque el cordón umbilical se voltea.

- Traajan en el modelo tres equipos multidisciplinares.

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