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La denuncia de El Carme contra el ruido se atasca en un juzgado

El juez decano admite un "evidente retraso" en el recurso vecinal de 2005

Sara Velert

El barrio de El Carme de Valencia está cansado de esperar. Son demasiados años de desmadre nocturno y ruido incesante. Los vecinos del entorno de la discoteca Woody y la zona de Juan Llorens han encontrado en los últimos dos años el apoyo a su demanda de noches tranquilas en los tribunales, que han censurado la desidia del Ayuntamiento en la lucha contra la contaminación acústica. A esa puerta llamó también la asociación Amics de El Carme en junio de 2005. Ahora, tras dos años de paciencia, el retraso de su caso en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 4 ha acabado en una queja ante el decanato.

La asociación se dirigió al decano de los jueces de Valencia, Pedro Luis Viguer, a principios de octubre para advertir que su recurso contra la negativa del Consistorio, del PP, de declarar sus calles Zona Acústicamente Saturada (ZAS), se eterniza en ese juzgado. Frente a la tramitación de otros recursos contra el ruido de bares o expedientes municipales incumplidos, el más importante para los vecinos "permanece retrasado y paralizado de forma inexplicable". A juicio de Amics de El Carme, su recurso para lograr la ZAS, que implica la reducción de horarios y licencias de ocio, entre otras medidas, no se tramita "con la diligencia que sería de esperar" y se está complicando "innecesariamente". El juzgado no abrió la fase de propuesta de pruebas hasta marzo de 2007 y se puso a comprobar entonces "los emplazamiento a los interesados", un trámite "que debía haberse llevado a cabo en 2005", sostiene la asociación. Por ello, la entidad pidió una inspección en el juzgado y una posible sanción.

La respuesta de Viguer no augura una solución a corto plazo. El decano, en un escrito del 18 de octubre, comunica el archivo de la queja porque "aún admitiendo que existe un evidente retraso en la tramitación del procedimiento, éste es generalizado a la jurisdicción contencioso-administrativa". Viguer admite así la demora, pero diluye el problema en el contexto general del atasco judicial. El decano añade que hay cuatro jueces de apoyo para eliminar retrasos y que habrá dos juzgados más en 2008. Pero el recurso de El Carme sigue sin resolverse.

Viguer rechaza las críticas a la juez del caso, a la que Amics de El Carme reprocha que no exija al Consistorio mediciones del ruido que han llegado a ver en manos de algún concejal y en reuniones en el Ayuntamiento. La juez ha desestimado pedir estas mediciones, básicas para una declaración de ZAS porque muestra que El Carme excede los límites, subrayan los vecinos. El recurso de súplica contra esta decisión de la juez destaca que se deja indefensos a los vecinos. Además, recuerda que se trata de información ambiental a la que tienen derecho los ciudadanos y que incluso se ha divulgado en medios de comunicación. Los datos se pidieron al Ayuntamiento, que sólo los ha entregado parcialmente.

El Consistorio se resiste a declarar nuevas ZAS desde que aprobó la de la plaza de Xúquer en 1997. Las otras dos han caído por sentencia, aunque la zona de Juan Llorens lleva meses esperando que avance el expediente. El Carme aún está atascado en el juzgado.

Un barrio abocado al botellón

"El botellón sigue campando por todo el barrio de El Carme y cada vez es más descarado", denuncia Amics de El Carme. Los hay en cruces de calles, en la plaza del Árbol... En la del Carmen se junta tanta gente que la plaza casi revienta. La policía lo sabe y lo ve, pero no i'nterviene cuando la aglomeración se desborda. Demasiada gente. Un problema de orden público que pagan los vecinos y que reconocen tanto en la Policía Local como en la Nacional. Con responsables de ambos cuerpos han hablado ya los vecinos, que esperan que se tomen medidas.

Fuentes municipales centran el problema en la plaza del Carmen y aseguran que no hay botellón todos los fines de semana. Hay patrullas nocturnas que circulan por la zona, pero cuando se juntan centenares de personas para la juerga en la plaza, "la situación es difícil de controlar". "La Policía Local no tiene antidisturbios", añaden las mismas fuentes. La Policía Nacional, por su parte, recuerda que el Ayuntamiento aprobó una ordenanza contra el botellón y debe levantar acta de las infracciones. También asegura su "apoyo" cuando haga falta, lo que exige la lógica coordinación. Tras la última queja vecinal, la Policía Nacional "estudia" cómo atajar el problema junto a la Local.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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