Un consenso madrileño por Europa
La Comunidad de Madrid debe estar, por historia y por capacidad política, económica, social y cultural, a la cabeza del proceso de construcción europea, impulsando su profundización y desarrollo, tanto en la potenciación del papel de las regiones y municipios como en la puesta en marcha de programas e iniciativas que fomenten la cohesión económica, social y territorial, la creación de empleo, la formación, la igualdad, la no discriminación, la integración, la protección del medio ambiente, la recuperación urbana y el desarrollo rural. Los desafíos de Madrid deben ser afrontados contando con la perspectiva europea.
Pero la realidad es que con el PP en el Gobierno regional y en Ayuntamientos como el de la capital, Madrid no ocupa su lugar en Europa. Hoy, la derecha ha conseguido que Madrid esté ausente de las decisiones europeas, sea el farolillo rojo de las comunidades autónomas en Bruselas y se la conozca sobre todo por los incumplimientos de las normas comunitarias en muchos terrenos, empezando por el medio ambiente y la ordenación del territorio.
Madrid paga un elevado coste por la falta de una política europea en el Gobierno regional
Son muchas las peticiones ciudadanas (la última, de los agentes forestales) denunciando la violación por parte de los Gobiernos del PP de las directivas y reglamentos de la UE; y varios de los procedimientos de infracción abiertos (M-30) por la Comisión Europea contra decisiones de las Administraciones de la derecha en la región, algunos convertidos ya en denuncias en toda regla ante el Tribunal de Justicia de la Unión (M-501).
Madrid paga un elevado coste por la carencia de una política europea del Gobierno regional digna de tal nombre, sustituida por una infracción europea continuada por parte del mismo y de muchos Ayuntamientos encabezados por alcaldes del PP.
La parte positiva es que la ciudadanía madrileña ha hecho uso de cuantos mecanismos le otorga la UE para la defensa de sus derechos. No es exagerado afirmar que las instituciones europeas son consideradas por buena parte de la opinión pública de la región como un baluarte frente a los desmanes de la derecha, y con razón.
La situación puede y debe cambiar. Madrid necesita una política europea proactiva, respetuosa con las directivas y reglamentos de la Unión, capaz de utilizar a fondo los instrumentos políticos, legales y presupuestarios europeos en beneficio de los derechos ciudadanos y del progreso de la región.
Hace falta un giro de 180º en la actuación del Gobierno regional respecto a Europa. Por eso demandamos al Gobierno regional que abra un foro con los Ayuntamientos, los partidos, los interlocutores sociales y los representantes vecinales y ciudadanos para definir un Consenso por Europa que permita a Madrid recuperar su papel en la Unión y asumir el aumento de participación que el Tratado de Lisboa -recogiendo lo que estipulaba la Constitución Europea- establece para los entes regionales y locales.
Ese consenso tendría que incluir medidas como: participar activamente en el Comité de las Regiones; contribuir a la conformación de la posición de España en la UE utilizando a fondo la potenciación del papel de las regiones en la UE articulado por el Gobierno de España; trabajar seriamente para recibir el máximo de fondos europeos para la región, promoviendo la cooperación entre las administraciones autonómicas y locales vía Federación de Municipios y bilateralmente para la gestión de los programas comunitarios; promover el papel de la Asamblea de Madrid en política europea e implicar a los eurodiputados y los parlamentarios nacionales madrileños miembros de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la UE en la toma de decisiones en este terreno; sacar el máximo partido a la Oficina de Representación de la Comunidad de Madrid en Bruselas, en tanto que foco de promoción de los intereses de la región ante las instituciones europeas de todas y todos los madrileños y sus Ayuntamientos; impulsar el diálogo y el acuerdo con las otras regiones capitales de Europa, especialmente con aquellas con las que compartimos características y visiones objetivamente convergentes; popularizar la idea de Europa entre la ciudadanía con planes participativos dirigidos especialmente a los jóvenes.
Pero, ante todo, tal consenso debe incluir el compromiso del Gobierno regional de respetar escrupulosamente la legislación de la Unión, particularmente en la protección del medio ambiente y el resto de derechos ciudadanos: Madrid debe ser ejemplo de lo bien hecho y no muestra de la infracción permanente. El objetivo ha de ser convertir a Madrid en un referente en la aplicación de directivas como la de evaluación de impacto ambiental, con una política de cero infracciones que permita cambiar la imagen de nuestra región, conocida por las cometidas en vez de por su participación en el desarrollo de la Europa política, ciudadana y económica. Eso sí sería excelencia, y no la pregonada e incumplida por Ruiz-Gallardón.
Juan Antonio Barrio, Carlos Carnero, Javier Gómez y Óscar Iglesias son diputados y concejales madrileños del PSOE.
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