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Etiopía promete actuar contra la ONG acusada de malos tratos

España espera que Addis Abeba tome medidas cautelares - El presidente de Global Infantil cree que le atacan porque es un personaje "incómodo"

Las respuestas del Gobierno etíope al caso de la ONG española Global Infantil no tranquilizan demasiado a quienes esperan una reacción rápida de las autoridades del país. Las dos niñas que declararon haber sido víctimas de abusos sexuales siguen viviendo con el fundador de la organización, Gil Lossada, en el centro que éste dirige en Addis Abeba y las autoridades españolas consideran que Etiopía debería actuar cautelarmente por el bien de las niñas.

A las niñas les cortaba el pelo si se portaban mal, según un testigo
"Investigamos, pero él se movió muy bien y pararon", dice un funcionario
Gil Lossada: "Somos incómodos. Hemos denunciado el tema de las adopciones"

Pero en Etiopía las cosas van despacio y no parece que el asunto pueda resolverse de una forma drástica, más aún cuando no hay ninguna presión de los medios de comunicación del Gobierno, que no han dedicado ni una línea al caso. Tres ministerios están sobre el tema, afirma Ato Hadush, alto funcionario del Ministerio de la Mujer. "Tomaremos las medidas que creamos convenientes y lo haremos cuando tengamos que hacerlo. Aún estamos investigando el caso. Parece que todo está bastante claro. España nos ha presentado la denuncia y actuaremos en consecuencia por el bien de los niños", explica.

Para buscar algo más concreto que explique la posible demora del Gobierno etíope hay que remontarse cuatro años atrás, cuando Lossada tuvo que afrontar una denuncia similar de una familia.

El relato del propio Hadush sirve para comprender los posibles obstáculos que pueden estar encontrándose los mismos funcionarios que han seguido la investigación a Global Infantil: "Me vi con el caso hace cuatro años. Investigamos, pero él se movió muy bien y pararon la investigación. Siempre ha tenido muy buenos amigos entre los diplomáticos y entre algunos cargos del Ayuntamiento".

¿Podría ocurrir ahora lo mismo? El funcionario asegura que esta vez no será así: "Hay una denuncia de los jueces españoles y las acusaciones son muy graves. Tomaremos medidas".

El temor de las autoridades españolas es que esas medidas lleguen tarde o no lleguen nunca. Pese a que la querella ha sido admitida a trámite, España no tiene competencias en Etiopía para conseguir que se tomen medidas cautelares, tan sólo puede solicitar al Gobierno etíope que actúe con celeridad.

Mientras tanto, Gil Lossada muestra tranquilidad. Está convencido de que la razón está de su parte y de que las acusaciones se quedarán en nada cuando la justicia estudie a fondo el caso. Lossada cree que detrás de todo hay manos ocultas que tratan de quitarse de en medio al personaje incómodo en el que él dice haberse convertido. "Somos muy incómodos para mucha gente, especialmente para España, porque hemos denunciado varias veces el tema de las adopciones. Le dije al Gobierno etíope que por qué no se seleccionaba a los niños que iban a ser adoptados. Los que tienen enfermedades o dolencias se quedan fuera. No creo que sea justo ni legal", asegura.

Pero contra Lossada sigue el goteo de testimonios. Una chica que antes vivía en el centro y que, como todos los demás chicos y ex trabajadores, prefiere no dar su nombre, asegura que a las niñas les cortaban el pelo cuando se portaban mal y que, a veces, Lossada les daba de cenar una ración de macarrones sin cocinar. "La relación de Lossada con los niños es como la del gato y las ratas", asegura un ex empleado etíope. "Los niños le tenían miedo. Los castigos a los que les ha sometido harán que crezcan mal. Es mejor estar en la calle que en el centro. Con sus métodos ha insultado al pueblo etíope. Nosotros no actuamos así con nuestros hijos", señala.

Los métodos de Lossada no son nuevos para muchos de los cooperantes de otras organizaciones que trabajan en Addis Abeba y la mayoría de los consultados aseguran que la situación tenía que estallar algún día porque todos los voluntarios que llegaban al país acababan coincidiendo en los mismos hechos. Sin embargo, fueron sólo dos de ellos los que se decidieron a denunciar el caso a la Agencia Española de Cooperación Internacional, Tomás Juver y Petra García, tras su paso por Global Infantil el pasado verano.

La acción de ambos hizo que otros muchos se sumaran a la querella relatando los castigos y los excesos que supuestamente cometió el director de la ONG. Gil Lossada lleva en Etiopía desde el año 2002 y montó el centro en 2003, donde ya se produjeron los primeros casos de maltrato según los testimonios que han sido aportados a la AECI y a las autoridades judiciales españolas.

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