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El PSOE coloca a ministros con tirón al frente de las candidaturas difíciles

César Antonio Molina irá por A Coruña, López Aguilar por Las Palmas, Fernández Bermejo por Murcia, Bernat Soria por Alicante y Pérez Rubalcaba por Cádiz

Anabel Díez

El objetivo de los socialistas es triple: sujetar la representación que obtuvieron en 2004 por muy pocos votos; parar la tendencia a la baja de algunas circunscripciones e intentar arrebatar al PP los escaños que obtuvieron por muy pocos sufragios de diferencia. Movido por este afán, el PSOE va a colocar al frente de las circunscripciones difíciles a ministros que, a su juicio, tienen tirón popular. La batalla para las elecciones de marzo de 2008 se dirimirá por una docena de escaños.

Con esta perspectiva, el PSOE ha decidido poner a ministros y altos cargos a la cabeza de las candidaturas complicadas. La novedad en este partido está en que los secretarios regionales o barones, lejos de poner objeciones, como ha sido tradicional, reclaman la presencia de políticos de Madrid, sean o no nacidos en la provincia que encabezarán. Esta disposición la remarcó ayer el secretario de Organización, José Blanco, y coincide con las versiones recogidas en las federaciones afectadas.

Todos los nuevos ministros, cuya antigüedad data del pasado mes de julio, irán en las candidaturas. El de Cultura, César Antonio Molina, encabezará la lista por A Coruña. Carme Chacón, por Barcelona. Y Juan Fernando López Aguilar, por Las Palmas. Esta última ha sido una decisión muy sopesada por la interpretación negativa que podía producirse en Canarias, ya que López Aguilar fue el candidato a la presidencia del archipiélago tan sólo hace siete meses. Ganó las elecciones, pero el pacto de Coalición Canaria con el PP le impidió gobernar.

La pugna por Andalucía

Pero la tarea de López Aguilar, además de convencer a los canarios de que no les abandona, sino que desde Madrid defenderá sus intereses, se basará en lograr que sus paisanos voten en mayor medida que en 2004 las candidaturas del PSOE y arrancar un escaño más.

La empresa electoral es casi más difícil en Murcia. El secretario general, Pedro Saura, ha pedido a la ejecutiva federal que el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, encabece esa circunscripción, en la convicción de que sujetará la representación actual y luchará por subir un escaño.

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El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, volverá a encabezar la lista salmantina. Todavía hay cierto trauma por la bajada geográfica del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, de Cantabria a Cádiz. Lo cierto es que a Rubalcaba le quieren de todas las federaciones, pero él sentía especial apego por su Cantabria natal. Irá por Cádiz porque así se lo ha pedido encarecidamente el PSOE andaluz. Tiene la responsabilidad de sujetar el sexto escaño del PSOE y sustituir en la candidatura a su gran amigo Alfonso Perales, fallecido la pasada Navidad.

Andalucía es el objeto deseado de los dos grandes partidos. El PSOE quiere apuntalar sus escaños o intentar alguno. Magdalena Álvarez, ministra de Transportes, encabezará Málaga con la convicción de la dirección federal de que sí será profeta en su tierra. Málaga es una plaza difícil para el PSOE en la que el PP pugna por ganar un escaño.

Consuelo Rumí, secretaria de Estado de Inmigración, encabezará Almería.

El reto de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se dirige a detener la tendencia a la baja del voto socialista en Valencia. En esa lista irá también por primera vez la responsable de Economía del PSOE, Inmaculada Rodríguez-Piñero. Otra cara nueva, Bernat Soria, ministro de Sanidad, ha sido requerido, y ha aceptado encantado, ser el cartel electoral de Alicante.

El ex ministro Jordi Sevilla encabezará Castellón. A José Bono se le pedirá no sólo que tire de la lista de Toledo, sino que ayude al resto de las listas de la región. En los casos de Bernat Soria y Cesar Antonio Molina la entrada en política va a ser de inmersión total. En sólo año y medio habrán pasado de la vida cultural y científica a sentarse en el Consejo de Ministros y a colocarse detrás de un atril no para impartir una conferencia sino para dirigirse al público de un pabellón y pedirles el voto.

El vicepresidente Pedro Solbes, en rueda de prensa tras un Consejo de Ministros.
El vicepresidente Pedro Solbes, en rueda de prensa tras un Consejo de Ministros.BERNARDO PÉREZ

Solbes, en tándem con Zapatero

Con el vicepresidente económico, Pedro Solbes, el PSOE quiere rizar el rizo. La presión, llena de afecto, eso sí, que sufre desde hace meses para que no cumpla su deseo de abandonar la política va surtiendo efecto. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ya ha hecho la tarea principal: si el PSOE gana las elecciones, Solbes volverá a formar parte del Gobierno.Pero ahora el PSOE quiere más: que sea diputado. Aunque el asunto se lleva con discreción se tantea la posibilidad de que sea el número dos por Madrid y forme tándem con Zapatero.En la candidatura madrileña estarán sin duda otras dos ministras: Mercedes Cabrera, de Educación, y Cristina Narbona, de Medio Ambiente. Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica, y la eurodiputada Elena Valenciano serán diputadas y probablemente por Madrid.Elena Salgado, ministra de Administraciones Públicas, empieza a sentir la tentación de representar a la soberanía popular y ser diputada. Pero en Madrid son ya muchos. Se citan cabeceras todavía sin ocupar como Cantabria y Burgos.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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