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Reportaje:¿Por qué suben los alimentos? 5 | Los huevos

La menor producción eleva el precio de los huevos

España redujo el número de gallinas ponedoras de 48 a 43 millones

Los huevos han sido un producto que había pasado inadvertido en los últimos tres años a efectos de la inflación. Frente a los sobresaltos de otras producciones alimentarias con fuertes subidas coyunturales, los huevos mantuvieron una línea de estabilidad, solamente con ligeros incrementos y unas cotizaciones medias en origen de 0,43 euros docena en 2004, 0,45 euros en 2005 y de 0,57 euros en 2006. Esta evolución de las cotizaciones en origen se quebró este año con una subida de los precios en granja hasta superar los 0,70 euros de media, lo que se ha traducido hasta la fecha en un incremento a efectos del IPC del 9%.

Con un censo de unos 48 millones de ponedoras, España ha sido en los últimos años un país netamente excedentario, con producciones que llegaron a superar los 1.000 millones de docenas frente a un consumo por debajo de los 900 millones de docenas. Ello supone ocupar el segundo lugar en el sector en la UE, por detrás de Francia y a la altura de Italia, con unas 2.000 explotaciones de las que 600 tienen un peso más significativo. Esta situación de sobreproducción de huevos tuvo dos consecuencias directas. Primera, la necesidad de exportar entre un 15% y un 20% de la producción a otros países comunitarios, especialmente a Francia y Holanda, para lograr una cierta estabilidad en los mercados. Segundo, la bajada de los precios en granja por el exceso de oferta. Estos bajos precios fueron uno de los principales argumentos para entrar en otros mercados comunitarios a costa de una baja rentabilidad.

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Los malos resultados empresariales hicieron que, tras ese trienio negro, el sector pasara de una estrategia expansiva a llevar a cabo un descenso de animales en las granjas para ajustar la producción a la oferta interior. Esta caída de la oferta se estima en un 15%.

Menos ponedoras

Los procesos de ajuste en el sector de los huevos suponen una programación media de ponedoras de casi un año. Ese giro ha supuesto una rebaja del parque de ponedoras de los 48 a 43 millones de unidades, lo que se ha traducido en el recorte de la oferta y la subida de los precios en origen este año hasta los 0,80 euros docena. La reducción en la oferta ha coincidido con una estabilidad en la demanda que se caracteriza además por un consumo sin grandes oscilaciones durante todo el año. Oficialmente, la demanda en fresco se sitúa en unos 200 huevos por persona y año, aunque se estima que, sumando la restauración y los productos industriales, se elevaría a unas 240 unidades.

Para la directora de la interprofesional del sector, Mar Fernández, los huevos no han sido en los últimos años un producto inflacionista al tener incluso en algunos momentos cotizaciones por debajo de costes. Según sus datos, mientras el IPC ha tenido en los últimos tres años un crecimiento acumulado del 9,8%, en los huevos se ha registrado un descenso del 0,8%.

En el caso de los huevos, en contra de lo que sucede en otros sectores donde hay una larga cadena, hay una comercialización muy directa por muchas empresas de ámbito comarcal o regional. En ese contexto, un dato a destacar por la producción son las grandes diferencias que existen entre los precios en origen y al consumidor. Y en esta misma línea se destaca que la actual subida en origen se haya traducido en el precio final, mientras no sucedía lo mismo cuando caían los precios en granja.

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