Ouka Lele retrata la solidaridad
1.500 personas posan para la primera foto aérea del voluntariado madrileño
Parecía una cita a ciegas pero a lo grande. Unas 1.500 personas -jóvenes, adultos, ancianos y algún que otro niño-, se reunieron ayer por la mañana en la plaza de Oriente. Aunque no se conocían, todos tenían algo en común: eran voluntarios de Cruz Roja, Solidarios para el Desarrollo, la Asociación contra el Cáncer... y así hasta 40 asociaciones y ONG dedicadas a ayudar a los presos, los enfermos, los sin techo, los mayores.
La Consejería de Familia y Asuntos Sociales los había citado para hacerles una foto con la que ilustrar su nueva campaña de sensibilización. Y no la hizo cualquiera ni de cualquier modo, sino Ouka Lele y desde una grúa, a una altura de 40 metros. Conforme iban llegando, a los modelos se les daba un desayuno, un dibujo de la figura que tenían que formar y lo que los organizadores llamaban poncho -un impermeable de plástico con capucha-.
Ya con él puesto, se les separaba por colores: rojo y blanco. "¿Son monjes o qué?", preguntó desde detrás de las vallas de seguridad una señora ante semejante tumulto. Los chalecos amarillos de los 20 miembros de la organización se mezclaban con paseantes matutinos, con grupos de turistas japoneses, con los guitarristas, con los vendedores de pañuelos, con el mimo del Quijote a caballo, con el olor a gasóleo del camión de la grúa, con los curiosos, con los niños... Lele, con el vigor y el entusiasmo de una colegiala, vestida con una falda naranja, un abrigo de lana verde y unos leotardos de arco iris, dijo al público megáfono en mano: "Hola chicos y chicas, bienvenidos, está quedando precioso". Los voluntarios, agarrados de la mano, formaban ya círculos concéntricos de colores. La artista explicó que, cuando le encargaron retratar al voluntariado, se le ocurrió crear "un mandala" -diagrama que usan el budismo y el hinduismo para representar el universo-.
No quería nada complicado, así que se decantó por una espiral con los colores de la Comunidad de Madrid. "Es algo muy simbólico, cósmico, una espiral en expansión, abierta, una fuerza que atrae, la espiral de la solidaridad y de la unión, de lo masculino y de lo femenino. Me gustaría que se pusiera de moda para representar a ambos sexos en lugar de la arroba", explicó la creadora.
La directora de Voluntariado de la Consejería, Laura Ruiz de Galarreta, estaba encantada con la respuesta de los voluntarios y con el día soleado y sin viento que les tocó: "El objetivo era superar el millar y lo hemos conseguido". Se tardaron unas tres horas en montar el tapiz, que luego Lele fotografió en la grúa. El resultado se presentará el día 30 en un acto en vísperas del Día Internacional del Voluntariado. A partir del 10 de diciembre, el logo humano estará en el metro, en las marquesinas y las traseras de los autobuses y en los andenes del Cercanías. Estos "1.500 voluntarios reales" representan, según recordó la consejera, Gádor Ongil, a los 150.000 héroes que hay en toda la región.
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