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El coste final de la Cidade da Cultura será de casi 500 millones

Economía pretende que la mayoría del complejo consiga autofinanciarse

La tercera fuente de recursos, según el modelo esbozado ayer por el conselleiro de Economía, será la financiación externa, que afecta al Centro de Investigación do Patrimonio y al Centro de Enlace Cultural Europas-Latinoamérica (el conselleiro asumió que el coste de mantenimiento de la biblioteca y la hemeroteca, reconvertida en archivo, tendrán que ser asumidos por los presupuestos de la administración gallega).

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Con ayuda de estos ingresos y el ahorro que la puesta en marcha del complejo generará en la administración ordinaria gallega, la Xunta confía en reducir al mínimo el impacto del coste de funcionamiento de la Cidade da Cultura, que fuentes no oficiales cifran en varias decenas de millones de euros al año. Fernández Antonio definió estas cifras como "un compromiso de costes" con el que superar "los pronósticos variables" del pasado.

La conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, por su parte, dedicó su intervención a explicar el contenido de los diferentes edificios que integran el complejo cultural del monte Gaiás. Se trata de la Biblioteca Nacional, el Archivo Nacional (antes la hemeroteca), el Centro de Investigación do Patrimonio (originalmente un edificio de servicios), el Museo da Historia de Galicia, el Centro de Arte Internacional (que la Xunta anterior había concebido como un centro de nuevas tecnologías) y el Escenario Obradoiro (inicialmente teatro operístico).

Bugallo precisó que el Centro de Arte Internacional (CAI) incorporará a sus objetivos el de convertirse en "punto de encuentro e intercambio cultural de producciones artísticas latinoamericanas y europeas". De hecho, la principal novedad que ofreció ayer la conselleira fue la creación, en el marco del CAI, de un Centro de Enlace Europa-Latinoamericana, una entidad concebida como "espacio de cooperación exterior para el impulso de políticas de relación cultural y social entre administraciones, movimientos ciudadanos y redes sociales europeas y latinoamericanas".

Este centro es el primer elemento de la Cidade da Cultura que encaja en los compromisos anunciados por los presidentes de la Xunta y del Gobierno central, Emilio Pérez Touriño y José Luis Rodríguez Zapatero, cuando anunciaron la implicación del Estado en el complejo cultural del Gaiás. Sus funciones, explicó la conselleira, incluyen la investigación, el análisis y la transferencia de conocimientos, así como servir de foro de debate en relación con la gobernabilidad y las políticas públicas, la sociedad de la información, la extensión de derechos y la sostenibilidad ambiental.

Ignacio López-Chaves se mostró, en nombre del PP, totalmente insatisfecho con la información facilitada por los conselleiros. El portavoz popular acusó a la Xunta de cambiar constantemente las cifras e insistió en asegurar que el Gobierno del PP apenas dejó comprometidos menos de 300 millones de euros, por lo que atribuye a la Xunta actual cualquier gasto por encima de esa cantidad.

López-Chaves basó su intervención en denunciar la supuesta falta de transparencia de Cultura y en tratar de cuestionar la honestidad del conselleiro de Economía relacionándolo con una empresa dedicada al planeamiento urbanístico con la que dejó de tener vinculación en 1985. El portavoz del PP dedicó también numerosas referencias a su homólogo del BNG, Carlos Aymerich, al que acusó de defender los postulados de la Unión do Povo Galego (UPG).

Fernández Antonio confirmó que la auditoría encargada por el Gobierno anterior en 2002 ha desaparecido y que el bipartito no halló en San Caetano ningún estudio de viabilidad relacionado con el proyecto. La Xunta de Manuel Fraga, como estableció el Consello de Contas, "abdicó de su responsabilidad" en la gestión de los fondos públicos, recordó.

Ánxela Bugallo destacó que la herencia del Gobierno del PP fue un altísimo compromiso económico, un inexistente proyecto cultural y un retraso en los plazos de ejecución de seis años.

El portavoz nacionalista, Carlos Aymerich, aprovechó el debate para hacer público que el ex conselleiro de Cultura, Jesús Pérez Varela, ha dirigido un escrito a la mesa del Parlamento pidiéndole amparo después de las acusaciones de que fue objeto durante su comparecencia en la comisión de investigación.

El escrito, de cinco folios, se apoya en sentencias del Tribunal Constitucional y en citas y referencias a Tomás Moro, el rey Enrique VIII, el conde de Stafford y el jurista italiano Giovanni Battista Ugo. En él Pérez Varela sostiene que Aymerich le hizo objeto de "una serie de invectivas de carácter notoriamente injurioso y calumnioso" que nada tenían que ver con la comisión y que han afectado a su honor, integridad e imagen y a la de su familia.

El ex conselleiro pide al Parlamento que los miembros de la comisión "se ciñan única y exclusivamente" a su contenido y que su presidenta, la nacionalista Ana Pontón, proceda respetuosamente con los derechos constitucionales de los comparecientes.

475,9 millones de euros. O, lo que es lo mismo, 79.135,5 millones de las antiguas pesetas. Ese es, según reveló ayer en el Parlamento el conselleiro de Economía, el coste final de la Cidade da Cultura, cuatro veces y media mayor que el que anunció el anterior Gobierno cuando, hace ahora ocho años, convocó el concurso internacional de ideas que dio forma arquitectónica al proyecto.

Esta cifra incluye, según fuente de Economía, los gastos comprometidos por la Xunta de Manuel Fraga antes de ceder el testigo al actual Gobierno, así como todas las actuaciones necesarias para completar las actuaciones ya comprometidas, pero también el coste de la redefinición del proyecto y de las modificaciones realizadas en algunos edificios para adaptarlos a sus nuevos usos.

El conselleiro José Ramón Fernández Antonio explicó ayer el reparto de esta cantidad en la comisión de investigación de la Cidade da Cultura. El grueso de los 475,9 millones se corresponde con las obras (352,5 millones). El resto se distribuye entre los honorarios de Peter Eisenman y los arquitectos ejecutivos (31,6 millones) y los equipamientos de los diferentes edificios (69,2 millones). Lo que falta (22,5 millones) es una partida rotulada bajo el epígrafe "incidencias previsibles" que supone el 5% del total. A este capítulo es al que la Xunta ha recurrido para pagar la redefinición del proyecto y los gastos relativos a la adaptación de los edificios a sus nuevos usos.

Tanto Fernández Antonio como la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, que compareció a continuación, se comprometieron en nombre del Gobierno a mantener el coste del proyecto por debajo de los 476 millones aunque fuentes del Ayuntamiento de Santiago aseguran que la cifra real será mayor porque faltan por contabilizar los accesos a la autopista AP-9.

Ninguno de los dos conselleiros explicó. pese a la insistencia del portavoz del PP, Ignacio López-Chaves, cuánto costará la redefinición de usos y la modificación de los edificios, ni cuánto va a costar el sostenimiento anual de la Cidade da Cultura. No obstante, Fernández Antonio explicó que su departamento se ha marcado como objetivo conseguir que el complejo cultural del Gaiás sea capaz de alcanzar un alto grado de autofinanciación. Para conseguirlo, combinará patrocinios y gestión de espacios con los ingresos que espera obtener de cuatro de los edificios: el Centro de Arte Internacional, el Museo dos Nenos, el Museo da Historia y el escenario Obradoiro (el antiguo teatro de la ópera).

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