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Sacyr acusa al supervisor de Bolsa francés de ocultar datos sobre la compra de Eiffage

Miguel Ángel Noceda

Sacyr Vallehermoso ha vuelto a la carga para solucionar el conflicto Eiffage, la constructora francesa que quiere controlar. El grupo español acaba de presentar ante el Tribunal de Apelaciones de París un escrito en el que acusa a la Autoridad de Mercados Financieros (AMF) -el correspondiente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores española- de ocultar datos a su consejo, el órgano supremo de dicha institución. Éste es el segundo escrito de observaciones, y Sacyr completa las duras acusaciones presentadas ante el mismo tribunal en septiembre pasado en las que calificaba de "incorrecta, parcial y desleal" la instrucción de la AMF.

Según los abogados de la constructora española (el bufete francés Darrois-Villey), el consejo de la AMF, en el que se sientan representantes de la Administración y de grupos privados franceses, no recibió la carta de los consejeros de Sacyr en la que rechazan una concertación con otros accionistas españoles de Eiffage. También afirman que la AMF no comunicó las actas de las entrevistas realizadas a seis de esos accionistas. En ese sentido, Sacyr subraya que difícilmente podría tomar una decisión ecuánime.

Sacyr interpuso un recurso ante el citado tribunal tras la serie de obstáculos que le interpuso Eiffage para entrar en su consejo después de alcanzar el 33% del capital y lanzar una oferta pública de adquisición de acciones (OPA) en la que planeaba el canje de cinco acciones de Eiffage por cada 12 de Sacyr condicionada a llegar al 60%. El presidente de Eiffage, François Roverato, agrupó acciones (empleados, directivos, Caisse de Dêpots, entre otros) para bloquear la oferta. Después acusó de concertar la compra de acciones de 89 inversores españoles (entre ellos Reyat, con el 4%, y el empresario Luis Portillo, el 1,5%), a los que impidió ejercer el derecho al voto en la última junta general.

El plazo dado por el Tribunal para concluir el caso acaba el 8 de febrero, fecha en la que las partes tienen que presentar sus conclusiones. Aunque todo indica que es difícil, este arreón de Sacyr puede provocar un último intento de negociaciones en estos tres meses que restan.

Antes de llegar al juicio caben varias soluciones. Si Eiffage cede ante la evidencia de que la justicia francesa no le va a dar la razón, Sacyr retiraría la demanda. Existe la posibilidad de que Roverato encuentre compradores para las acciones de Sacyr, pero esta empresa no vendería por menos de 85/90 euros por acción, lo que reportaría unas plusvalías de 800 millones de euros. Una tercera salida es que Sacyr reciba activos escogidos por el valor de su participación.

Pero si no hay acuerdo y Sacyr pierde en los tribunales, la firma que preside Luis del Rivero acudiría a instancias más altas europeas para denunciar el caso, que a su juicio debería haber sido trasladado a Bruselas por tener las dos empresas implicadas dimensión comunitaria.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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