Rastreando el árbol familiar en la red

La estampa del investigador rebuscando en un mar de legajos ha pasado a la historia. Los últimos reductos, los archivos de las tres diócesis vascas podrán ser consultados íntegramente en Internet el año próximo. Así se ha podido constatar en las jornadas Archivos para todos, que han reunido en Bilbao a especialistas y estudiosos para constatar la trascendencia de un proyecto que arrancó en 2001.

"Ahora, en tiempo récord podemos hallar información de gran calidad"

Las ponencias pusieron en contacto a los responsables de los archivos con los usuarios. Entre los primeros, Borja Aguinagalde, responsable de Irargi, el centro de patrimonio documental de Euskadi, quien destacó la apuesta por la digitalización: "En el mundo de los archivos no se ha acometido jamás una inversión cercana a 5,5 millones de euros que permite ofrecer un servicio a millones de usuarios en tiempo real".

María Dolores Lekuona, del Archivo Diocesano de Vitoria, reconoce que "las visitas a la web comenzaron con mucha fuerza en toda España, pero desde 2006, EEUU mantiene el liderazgo, seguido por Argentina, Francia o México". La búsqueda del árbol genealógico es el primer motivo de estas consultas, con el consiguiente salto cualitativo que supone la digitalización. Como explica Aguinagalde: "Ahora, en un tiempo récord podemos encontrar información de gran calidad". Supone pasar de la laboriosa tarea de revisar, por ejemplo, grandes libros de sacristía repletos de actas de bautismo al simple hecho de escribir en el ordenador un apellido y un periodo de tiempo en un territorio y conseguir, al instante, por ejemplo, la relación de todos los Echevarria bautizados entre 1850 y 1860 en Vizcaya.

Roberto Mendiguren, usuario del Archivo Eclesiástico vizcaíno, recordó cómo en 2001 aún tenía que buscar página por página en el libro correcto el dato de un bautismo o un matrimonio, "sin olvidar que había que interpretar la caligrafía".

Por ahora, se han digitalizado de 3,8 millones de registros, 1,7 del Archivo Eclesiástico de Vizcaya, 1,5 del de San Sebastián y 642.000 del de Vitoria. Cuando el proyecto finalice, el número de registros ascenderá unos ocho millones de 3,5 millones entre entre los siglos XVII y XIX.