Baleares justifica la moratoria para evitar un "suicidio"
El Gobierno de Baleares expresó ayer "la voluntad firme", en palabras de su presidente, Francesc Antich (PSOE), de dictar unas normas cautelares de suspensión de determinadas urbanizaciones o moratoria en más de una decena de zonas del litoral y en áreas sensibles. "Se llevarán a cabo" porque si no "vamos al suicidio, llevamos las islas al precipicio", describió Biel Vicens, consejero de Ordenación del Territorio, del Bloc. El frenazo urbanístico, sin embargo, no se aprobará hasta dentro de una o dos semanas, cuando se salven "discrepancias mínimas" con el ala derecha del Ejecutivo. A pesar de la proclamada existencia de "un amplio consenso", no se explicó el contenido del decreto-ley correspondiente, con el detalle de todos los enclaves, desvelado por este diario.
El Ejecutivo balear está decidido a anular al menos dos hoteles de 500 plazas, cinco urbanizaciones con unas 200 viviendas cada una y dos centros comerciales. Para ello, se ha de anular de manera urgente la explotación del último suelo Vicens señaló la necesidad de "un cambio de filosofía territorial" en el archipiélago en favor de la protección medioambiental y en contraste con el "urbanismo a la carta" del anterior Ejecutivo del PP, que hizo leyes por urgencia para "legalizar" en Ibiza mansiones ilegales con sentencias de derribo y chiringuitos sobre las playas, propiedad de personas afines.
Unió Mallorquina pidió más tiempo porque objeta la preservación de algún área con operaciones millonarias ya concertadas con licencias o planes parciales. Desde Ibiza, Eivissa pel Canvi reclama bloquear cualquier posibilidad de construcción en áreas naturales, como permitió el Gobierno de Jaume Matas.
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